Día 1.
— No vomites arrodillada en el piso o sentanda, la mejor forma de hacerlo es parada frente al escusado agachada...— Leía en voz alta sentada frente al computador.
Llevaba dos semanas intentando dejar de comer, pero, la anorexia no era lo mío, por más que intentaba no dejaba de comer y encontré una mejor opción, bulimia.
Después de pasar horas sentada, buscando información, consejos, tips y de más para poder intentar, decidí levantarme y correr al baño, quería iniciar cuanto antes.
— Ok, Uraraka, esto no será fácil... Pero, es el precio por ser perfecta.
Me paré frente al retrete, abrí mi boca lo más que pude e introduje mis dedos, el índice y el pulgar, justo como lo decía uno de los blog de pro Mía que leí. No tardó mucho en salir el vómito de mi boca.
El sonido de las arcadas resonaba en todo el baño, pero no me interesaba, de cierta manera me sentía bien, sentía cierto placer y satisfacción.
Día 5.
Cada día que pasa se me hace más fácil vomitar, he tenido más práctica y seguido al pie de la letra muchos consejos de las páginas de Internet, como tomar un trago de agua entre cada bocado, tomar agua cuando ya no pueda vomitar más y esperar un poco.Miraba el techo de mi habitación, pensando en la manera de conseguir algo de dinero para comprar una báscula, era una necesidad básica a cubirir para poder llegar a mi meta a corto plazo.
Día 9.
Aún no podía conseguir la báscula o el dinero, pero encontré una solución, la báscula pública del centro comercial, era mi opción en lo que lograba comprar una.Además de el vómito, comencé a hacer ejercicio para poder bajar más rápido de peso, ¿Cómo esperaba llegar a ser la heroína más famosa con tantas lonjas y grasa de más?
Ya tenía una meta a corto plazo y a mediano, tal y como las princesas Mía decían en sus publicaciones. Mi meta a corto plazo, era bajar tres kilos, para comenzar con algo pequeño y a mediano bajar otros cinco extras, para sumar ocho.
Día 26.
¡Por fin he logrado mi pequeña meta! Y un poco más, he bajado cuatro kilos y medio, el vómito y el ejercicio me han ido de maravilla. De hecho, hasta he conseguido una crema para las estrías que me salen por bajar de peso.
Hasta ahora, mis padres no lo han notado del todo, solo mi madre ha preguntado hace un par de días si estaba enferma o algo así, me ha escuchado levantarme varias veces al baño en la noche.
Mi solución ha sido una bolsa de vómito debajo de la cama. Todas las noches vómito en ella y por la mañana la desecho de camino a la academia.
Me alegra el hecho de que muchos chicos de la academia han notado mi cambio y hasta lo han elogiado.
Día 34.
Mientras tomaba un baño, intenté vomitar y lo logré, solo que esta vez había sangre, ¡Había sangre!
Me alarmé y busqué en alguno de los blogs si era normal, yo suponía que si, sin embargo quería estar segura de todo.
"Sí comienzas a vomitar sangre, PARA.
Vomitar sangre en muy peligroso, así que tendrás que parar unos días, una semana mínimo, pero se fuerte, no comas...Recuerda princesa, no puedes subir ni un gramo."
Las rodillas me temblaban al avanzar a cada palabra, por mi bien, tenía que dejar de vomitar.
Día 40.
Aún faltaban unos días para poder vomitar de nuevo, los ataques de pánico y de nervios eran cada vez más seguidos.
Aunque hacía ejercicio y trataba de no comer nada y solo tomar agua, no me sentía bien conmigo misma, me sentía gorda, obesa, una ballena.
Tomé con furia lo primero que encontré, que fue una botella de cristal y la lancé al suelo, los cristales volaban por todos lados. Me tiré a mi cama con lágrimas en los ojos, no podía ser gorda, no quería ser gorda, una heroína no puede ser gorda.
— Debo... De ser... Perfecta.— Decía entre sollozos.
Porque... Si no podía ser una heroína perfecta y delgada, ¿Qué más me quedaba en la vida?
----------------
Nota: Este one shot lo escribí para una amiga, está relacionado con el anime boku no hero academia, principalmente con el personaje de Uraraka.