🔞 ~ C A P Í T U L O N U E V E ~ 🔞

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<{Descanso}>

Antes de despertar por completo, algo me hizo abrir los ojos.

Esto es raro...

Había dormido entre pétalos, habían salido a inconsciencia durante la noche, y aunque al principio pensé en pasar así el resto de mi sueño, al final lo descarté.

Entraría mi madre y diría: ¿Katsumi, por qué te duermes entre plantas?

Los tomé todos entre mis manos, no sin antes abrir la ventana, sólo para que una horrible sensación fría me atacara sin piedad.

La cerré, corrí a mi cama, y aún temblando, me envolví entre todas las sábanas que tenía ahí.

El calor rápidamente se fue acumulando, y aún entre mi hanahaki, seguí durmiendo.

...

No tenía interés en abrir los ojos pese al ruido y la responsabilidad de tener que asistir a la escuela.

Aún así lo tuve que hacer, me destapé de las muchas mantas sobre mí para hacer caer al suelo pétalos rosas.

Me asusté, pero antes de cometer la gran estupidez de gritar, recordé que ya los había visto, así que los envolví en una manta y desde la ventana los tiré hacia el patio trasero.

Maldición, creo que un vecino me vió...

Volví a mi habitación, donde me tiré sobre mi cama, resistiendo a poner algo de esfuerzo en levantarme.

Mi dolor de garganta había casi desaparecido, y el día de hoy era frío, por lo que tenía miedo de que este regresara.

No se me ocurrió nada más que ir a tomar un baño.

No una ducha, un baño.

Relajante, en mi tina y con todo eso.

Tenía jabón de burbujas por allí, así que entré al baño, me desnudé poniéndome una bata para cubrirme y para que el aire no me afectara.

Comencé a llenar la tina con el chorro de agua caliente.

Iba mediándola, quería un baño relajante, no hervirme.

Cuando estaba lista, agregué unas gotas del jabón.

¿Gotas? Es una tina muy extensa... Tal vez media botella le vaya bien...

Y así lo hice.

Lo revolví un poco con las manos hasta que las burbujas comenzaron a aparecer por los bordes del gran recipiente.

Por fin me quité la bata.

Volví a exhibir mi cuerpo completamente a la intemperie, y la piel se me erizó al tener la pequeña corriente de aire de temperatura ambiente directo en todo mi ser.

De forma anormal, decidí retroceder hacia el espejo.

Era una sensación que pocas veces había tenido.

Caminé desnuda hacia allí, me paré frente al espejo y comencé a observar mi cuerpo.

Posé.

Recorrí con los ojos todos los lugares de pies a cabeza.

¡Qué tal! Soy... bella...

Tal vez no de una exorbitante manera como Adaline, lo cual puede ser la mayor razón por la que Stuart haya querido ser novio de ella y no de mí...

Sólo a mí se me ocurre pensar en ellos dos en esta situación.

Pero en verdad, me identifico como bella.

Sonreí.

Como si nunca me hubiera enterado de los cambios que sufrí, algo en mí comenzaba a hacer que mi mano recorriera la extensión de mi cuerpo.

Comenzó por los hombros, delineando los senos y bajando por el vientre hasta desviarse hasta las caderas.

Esto... esto se siente realmente bien...

Rocé entonces, con apenas la yema de mis dedos la pequeña entrada que tenía entre las piernas.

Y me detuve.

Mi cara se hundió en un fuerte color rojo, estaba avergonzada, pues no despegaba la mirada de mí misma del espejo, haciendo que la incomodidad me parara.

Me sumergí en la bañera unos segundos después, cuando mil cosas y escenas rondaban mi cabeza de una manera muy rápida.

Entre ellas, Stuart...

Lo imaginé de una manera tan hermosa...

Sonreía y yo me derretía por él.
La misma escena cliché del enamoramiento, claro.
Pero sin tener que vivir tal momento tan bochornoso.

Cerré un poco mis párpados, de nuevo mi mano se alzó a recorrer vacilante mi cuerpo, jugando con cada uno de mis montes sobresalientes de mi pecho, acariciando y disfrutando de sus cúspides.

Teniendo en el vientre, un tipo de cosquilleo que a veces tenía presente en algunas ocasiones, aunque la primera en esta.

Uno de mis dedos se hizo camino para pasar hacia mi boca y quedarse atrapado entre mis dientes, para que entonces, mi extremidad contraria se sumergiera en el agua para encontrar un pequeño botón, presionarlo un poco, acariciarlo suavemente hasta conseguir que emitiera sonidos que, de haber sido producidos en otra situación, me habrían incomodado.

Mi cuerpo comenzaba a calentarse, y en combinación con el agua, hacían que una hermosa corriente de placer pasara desde esa zona hacia todo mi cuerpo, relajándome, haciéndome sonreír.

De forma inconsciente, mis dedos no se concentraron solamente en la unión en la punta de mí intimidad, sino que también se introdujeron titubeantes en aquel agujero.

Suspiré mientras acariciaba mis pechos, debajo del agua, mis sumamente cuidadosos movimientos se aceleraban al pasar el tiempo, yo intentando contener lo más que podía los tantos sonidos que salían de mi boca a consecuencia de lo que realizaba con tanta dedicación.

Mis piernas y brazos se tensaron en un instante único.

Y llegué después de aquello al extremo; mi cuerpo tembló un poco y la inigualable corriente parecida a un hermoso choque de placer directo en la espina dorsal me recorrió irremediable por todos y cada uno de los rincones de mi cuerpo.

No me contuve ni un poco, incluso a sabiendas de que alguien pudiese haberme escuchado.

Solté todo, pareciera que el agua y el acto se hubieran llevado todas mis tensiones de los últimos días.

Salí de la bañera, me envolví en una toalla y me cambié casualmente.

Me senté un rato a ver televisión, y cuando por mí pasó revisar la hora, había pasado media hora desde la supuesta entrada a la escuela.

No está de más un día de descanso...

Trapped. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora