Matrimonio a primera vista

Capítulo IX: Hogar - Parte 1

Erik dejó sus maletas en el piso, todo permanecía exactamente como lo había dejado y no esperaba algo diferente, aunque si que le habría encantado que Charles se quedará con él esa noche. Era algo patético volver al punto de inicio sólo por no haberse controlado lo suficiente.

Dio un largo suspiro y se dirigió a la cocina, necesitaba una cerveza, Scott entró tras él.

—¿Cómo estás?— preguntó el chico, Erik no supo si realmente le importaba o era la costumbre lo que le había movitabado a hacerlo.

—Tú cómo crees— contestó y le tendió una cerveza. El chico negó con la cabeza, Erik la abrió para sí mismo y le dio un trago largo.

—Escucha, llevo un par de años en esto y creeme que ésto es de lo más normal, cuando vuelven de la luna de miel cada uno suele ir a su hogar. No tienes que decaerte ahora, lucían muy felices en la playa.

El chico se había acomodado en una de las sillas y había dispuesto sus herramientas de trabajo sobre la pequeña mesa.

—Charles es un buen tipo— añadió mientras limpiaba descuidadamente el lente de la cámara —pero creo que tiene miedo.

—¿miedo?— No, esa no era la pregunta correcta, Erik rectificó antes de que el otro llegara a brindarle una respuesta —"¿Charles?" Cuánto le conoces exactamente para llamarle por su nombre y en especial para hablar sobre cómo es él.

Scott siguió preparando el equipo sin siquiera mirarle —¿Prefieres que les hable de "usted"? No son tan viejos.

—No estaría mal un poco de respeto a tus mayores, niño— Erik esta de mal humor y sabía que se estaba desquitando con un inocente pero necesitaba sacar lo que tenía dentro.

Una sonrisa se dibujó en el rostro del menor.

—¿Siempre eres tan gruñon? Tal vez ése sea el problema.

Erik no contestó pero su mirada de desaprobación debió haber funcionado pues el castaño continuó hablando.

—Venga, no tienes que preocuparte de nada. Su esposo no es para nada mi tipo y además yo estoy... Con alguien, más o menos.

—No has respondido la pregunta, niño.

—Tan perseverante, me encanta. Sabe, todo el equipo siempre hace apuestas sobre si las parejas van a durar o no, a espaldas de los expertos, claro, nadie quiere perder su trabajo. Yo aposté a que ustedes lo lograrían, tengo buen ojo para eso, las otras dos parejas... lo tienen más difícil, hay un par que creo que son hermanastros y nadie se había dado cuenta. Ya sabes apellidos diferentes y padres biológicos diferentes.

—Niño...— Erik comenzaba a cansarse de su jueguito.

—Esta bien, esta bien— Dijo dejando lo que hacía y se recargó perezosamente en el respaldo —Realmente yo no he hablado mucho con él aunque cuando lo he hecho ha sido muy simpático, pero mi compañero, Darwin, se ha hecho su amigo, no te preocupes Darw es bastante heterosexual, en un 98% diría yo. Como sea, por lo que Darw me ha contado le ha estado asesorando con una de sus materias de la Universidad y hasta le ha obsequiado algunos libros.

Genial. Hasta el camarógrafo sabía más de Charles que él mismo, ahora se sentía peor que antes, gracias. Scott.

Durante la luna de miel sólo habían hablado de temas vagos y mundanos pues se habían concentrado en las actividades que les tenían preparadas y en pasarlo bien. Un lugar como aquel no era el adecuado para charlar sobre sus traumas de la infancia o peor aún, sobre trabajo. Y aún con eso Erik no podía dejar de sentir que había perdido una gran oportunidad.

Scott puso en marcha la cámara, hizo algunas preguntas y se marchó sin más. En ese punto Erik se alegro de que Charles no estuviese en casa con él pues todo lo que había en su refrigerador estaba en mal estado y no solía tener comida enlatada así que sólo tenía alcohol para ofrecer, tomó otra cerveza y se acomodó en el sillón. La conversación con Scott le había hecho darse cuenta de cuan poco sabía respecto a su nuevo esposo a parte del hecho de que tenía una hermana, de que era profesor y que odiaba los tomates pero si le gustaba la salsa ketchup, así que abrió su laptop y tecleo el hombre "Charles Xavier" en el buscador. ¿Cuántos Charles Xavie podría haber en el mundo? Dudó un momento ¿era así como quería conocer al hombre con el que posiblemente compartiría su vida? No. Erik cerró el aparato y frotó sus ojos, estaba cansado extrañaba la presencia de Charles, sus ojos, su voz y sus dulces labios.

El sonido de un correo nuevo le hizo volver en si mismo, Erik tomó una vez más su portátil, el nombre de Charles seguía en la pantalla y Erik requirió bastante fuerza de voluntad para cerrar esa ventana. En su lugar cliceo sobre la pequeña notificación del correo y leyó las instrucciones para el siguiente paso en el proceso del experimento.

Debían encontrar un lugar para vivir juntos lo antes posible, podían elegir alguno de los departamentos dónde ya estaban o podían rentar uno diferente. Su dirección y la de Charles venía adjunta pero dejaban en sus manos la organización sobre ello.

Apenas había terminado de leer el correo cuando su teléfono vibró; una llamada de Charles, la primera que tenían. Erik no pudo evitar sonreir al escuchar su voz aunque el oji azul sólo quería ponerse de acuerdo para ver sus opciones de vivienda. Terminaron decidiendo que se verían en el departamento de Erik primero y después irían al de Charles, entonces tomarían un descanso para comer y discutir si permanecerían en uno de ellos o si buscarían uno nuevo.

—¿Todo bien?— Preguntó Erik casi en un susurro, no quería terminar la llamada aún.

—Si, si, sólo estoy algo agotado por el viaje de regreso.

Hubo silencio en la linea, Erik también estaba agotado y pensar en un buen tema de conversación era complicado en esos momentos así terminó por rendirse.

—Descansa...

—Tú también— contestó Charles educadamente.

—Muero por que llegué mañana.

Charles permaneció en silencio y si no hubiera sido por el sonido de su respiración Erik habría pensado que había finalizado la llamada.

—Buenas noches, Erik.

—Buenas noches, Charles.