Me encuentro aquí hechada, en medio de mi patio, en el piso que se encuentra justo al lado del jardín, aquel jardín que cada dia quiere hacerse notar mas. Ahora, en este silencio oscuro, puedo pensar en lo que yo quiera, simplemente en lo que yo desee, y eso es lo bello de la vida. Miro al cielo y puedo verlo estrellado, pequeñas lucecitas a mi vista, pero en realidad, allá no muy lejos, en el espacio, estan esas pequeñas luces que son enormes, cada una brillando a su manera, algunas se encuentran muy juntas, otras como apartadas, pero así como estan, así las quiso pintar el artista, por alguna razón, sólo el lo sabe, pero para mi vista ese orden es hermoso, es perfecto. Mas allá de las estrellas se ven una nubes borrosas, con formas irregulares, como si el pintor se le hubiese escapado la pintura, y derramado agua encima, pero no es así, almenos eso quiero creer yo, estan acomodadas exactamente donde deben estar para que quien las mire quiera tomarles una foto y guardarla como el mas precioso recuerdo de un cielo perfecto. Si miras hacia arriba, una noche a las una y treinta y siete minutos, en época de verano, cuando loa tulipanes comienzan a brotar, verás las estrellas y las nubes borrosas, y si le preguntas por mí a las lucecitas, ellas te dirán que yo me quedé dormida contemplandolas, pero te revelarán el mayor secreto que ellas conocen, el artista que las pintó, te contarán como ese tal pintor se pasó horas trabajando en ellas para que el óleo de las nubes le salga perfecto, y el azul del fondo sea exactamente tu favorito, te contarán como puedes adquirir un deseo, te diran que debes buscar al artista que las pintó, Él te estará esperando con los brazos abiertos, y te regalará la estrella que tú escojas, te susurrará <princesa levántate> cada mañana, se levantara cada día muy temprano para pintar el amanecer con los colores mas hermosos que encuentre, te sostendrá cada ves que quieras tropezar, y cada noche encenderá una por una sus estrellas para que alumbren tu camino a casa y tu jardín, te dejará conocer el porqué el quiso poner en ese orden a sus lucecitas, te pagará la cuenta del café y te dirá que puedes aceptarlo como amigo si deseas o sino lo dejas y te vas, sin haber perdido nada más que la oportunidad de conocer al que pinta tu cielo cada noche para que lo contemples sin precio alguno. Ya sabes, si le preguntas a las estrellas por mí, ellas te dirán que me vieron dormir, y te contarán los secretos del pintor que encendió estrellas para mí.
