FRIKI (ACTUALIZACIONES LENTAS)

Capitulo 3

Me desperté muy asustada, hace mucho que no tenia un recuerdo como ese, solo me pregunto si será algún indicio de algo...¿Será que volverá Andrés?¿Estará muerto y ahora me atormenta?¿Me estará pidiendo algún tipo de ayuda?, la verdad no lo sé y espero que solo sea un simple recuerdo por que no lo quiero volver a ver en mi vida.

Parece que me e despertado temprano, ya que todavía no es de día, reviso el reloj que está en la pared y son las 4:35 am, Rosse sigue profundamente dormida. Decido levantarme, sé que no seré capaz de conciliar el sueño nuevamente. 

Me alegra saber que Rosse, está conmigo. Siempre fue la que me apoyó en este tipo de cosas. 

Preparo el desayuno, no es nada especial, tan solo consiste en unos huevos revueltos con salchicha, y chocolate caliente.

Este silencio me hace pensar, y ahora que estoy en ello, me pregunto si tendré nueva niñera o la pasada estará de nuevo "cuidando de mi" cosa que no creo. Recuerdo que ella simplemente dormía todo el tiempo, y como tenía estadía en la casa, ya que eso también hace parte del contrato, entraba con distintos hombres cada que se le daba la gana. 

No se si es por que me la pase pensando o me dormí y no me dí cuenta, pero de la nada ya son las 7:10 am.

Me dedico a levantar a Rosse, tenemos que irnos temprano de la cabaña. Algo que aprendí con el paso del tiempo es que a mis padres les gusta que esté en casa para cuando ellos se vallan, así se desquitan un rato como despedida de no volver a verlos en un buen rato.

-Bella durmiente despierta, tengo que estar en casa lo mas pronto posible- Le digo y ella se remueve en la cama -Y recuerda que es lo que me pasa si no estoy en casa antes de que las ratas se vallan- Dicho esto, ella se levanta de golpe,  se viste y arregla lo mas rápido posible. 

Ya listas y con todo organizado dentro de la cabaña, emprendemos el camino al estacionamiento donde se encuentra el auto.

El camino a casa es silencioso. Dejo primero a Rosse sin antes decirle que prepare todas las maletas por que en un par de horas vuelvo por ella a lo que asiente y se va corriendo para entrar por la ventana de su habitación. 

Me preparo mentalmente para lo que viene, cada vez que ellos se van a ir, me dejan muy golpeada y herida, un día recuerdo me dejaron tan mal que hasta me llevaron a un hospital y estuve inconsciente un buen tiempo.

Al llegar a casa me encuentro con la puerta abierta y un carro muy bonito estacionado al otro lado de la calle pero no le presté mucha atención. Entré sigilosamente a la sala y me encontré con mis padres sentados allí hablando con un chico de unos 20-21? la verdad no sé, nunca fui buena acertando en las edades de las personas. Parece que mis padres no se percataron de mi presencia, pero aquel chico sí, con un movimiento de manos le indique que hiciera silencio a lo que él parece que entendió ya que no dijo nada de mi presencia.

(¿No te parece haber visto ya esa cara antes?, pues solo digo que se me hace conocida de algún lugar) me dice mi conciencia.

¿Qué? no imposible, no creo que lo conozca... aunque pensándolo mejor, creo que si lo he visto.

Me dedique a subir las escaleras pero alguien me llamó.

-¿A donde crees que vas?- Me pregunta Roberto, mi padre.

-A... yo emm... a-a n-ningún la-lado- dije yo con miedo.

-Baja ahora mismo, tu madre y yo te necesitamos- Me dijo, asentí y baje las escaleras con cuidado.

Me guiaron hasta la habitación que menos me gusta en todo el mundo y me obligaron a entrar.

-Si nos disculpas Yeremith, tenemos que hablar un momento con Maidelyn- Dijo Cecilia, a quien  supongo yo así se llama aquel chico, asintió.