[Mei's blog | Espectrofobia]

[¿como sobrevive Mei en un apagón?]

La pequeña de ocho años se encontraba dibujando en la pared blanca de su cuarto, era de noche y sus padres salieron a Dios sabe qué o a donde confiando en que su niña no haría alguna travesía.

Había pasado un largo rato desde que sus padres se fueron, ya era de noche y ella trataba de no ir corriendo a su cama y cubrirse de pies a cabeza con las sábanas, estaba tranquila viendo Discovery Kids, más específicamente My Little Pony, cuando nota que el pequeño televisor se apaga de la nada, parpadea un poco y nota que que toda la habitación estaba a oscuras, rápidamente voló prácticamente a la cama la cual estaba junto a una pared; por preferencia de la niña, temblando. Miraba a todos lados asegurándose de no ver nada extraño, aunque sus ojos aún no se acostumbraban al cambio de luz.

Cuando finalmente sus ojos bicolores se acostumbraron a la escasez de luz, se preguntó varias veces si debería ir a buscar una linterna o vela. Eran dos opciones; morirse de miedo en la esquina de su cama totalmente a oscuras, o bajar a la cocina, pasar por un oscuro pasillo, bajar las escaleras corriendo sin tropesar, buscar y encontrar el cajón donde se encuentra la linterna, encender la linterna, correr como alma que lleva el diablo hacia la habitación y intentar sobrevivir con algo de luz... seguramente sería mejor la primera, peeeeero... el que no se arriesga no gana, así que a la cocina pequeña guerrera.

La niña con una insoportable sensación en la espalda, con el corazón estrujado mientras latía a mil por hora, temblando, se levantó y corrió hasta la puerta, inhaló y exhalo varias pesadas y repetidas veces, para luego abrir aquella puerta, hechó una ojeada al extenso pasillo, al ver la inmensa oscuridad que invadía el sitio, cerró la puerta soltando un "nope". Arrecostó su espalda en la puerta, deslizándose asta quedar sentada, poniéndose a reflexiónar sobre lo que quería hacer. Finalmente cayó en la conclusión de que debería quedarse allí y mantener la calma, por más imposible que le fuera. Mordió su dedo índice hasta dejar una honda marca.

Volvió a reflexiónar, ésta vez de su decisión de quedarse allí, concluyó que sería mejor ir a la cocina en vez de quedarse allí por un largo rato, por lo que se levantó, cerró los ojos con fuerza, sintiendo la horrible sensación antes mencionada recorrer su cuerpo de pies a cabeza, era como tener un montón de objetos con pinchos aplastandote, con la diferencia que era de una manera mental, haciéndolo más horrible a su parecer. Abrió la puerta y sin siquiera cerrarla corrió con la mano en la pared hacia dónde se suponía, las escaleras... como antes se mencionó, se suponía, pero al darse cuenta de que iba en dirección contraria, se detuvo, abrió los ojos y su joven e infantil mente imaginó todo tipo de espectros terroríficos. Volvió a cerrar sus ojos, intentó calmarse, y cuando sintió que estaba lista corrió como si su vida dependiera de ello (aunque para ella, si era así), casi se cae de cara hacia abajo por las escaleras, pero como si su equilibrio fuera perfecto no se cayó. Puso una mano en la barandilla, apretandola de manera firme, pero de manera que pudiera deslizarse. Tuvo que abrir los ojos para estar segura de no tropezar, tan solo entreabrió uno de ellos empezando a correr desesperada y torpemente, la bajada de aquellas escaleras le parecía eterna, tanto que aquella extraña presión en su espalda se hacía más intensa, aumentando su miedo.

Finalmente sintió que ya podía correr firmemente, pero no lo hizo. En puntitas y temblando se dirigió a la cocina como si temiese despertar a alguien, acompañada del canto de los grillos, el silbido del viento, el sonido de una rama golpeando una ventana y su odiada presión mental en la espalda. Cuando iba llegando a la cocina los focos se encendieron haciendo que la pequeña espectrofobica brillara de alegría mostrando una sonrisa a la nada. Pero pronto esa sonrisa se esfumó totalmente al ver que el foco tenía un tono oscuro y parpadeaba, lo cuál le daba aún más miedo. Pareció escuchar una voz rara lo cual le hizo estremecerse y tirarse al suelo, temblando como nunca antes lo había hecho, al recobrar la compostura se cuestionó el porque estaba allí.