Este caso perturbó a todo un país en invierno de 2006. Una mujer jóven murió descuartizada por su vecino con problemas psiquiátricos.
Las noticias se llenaron de los horribles detalles de la muerte y el descubrimiento del cadáver.
La mujer asesinada era la madre de Shara, una chica de 15 años, que de forma violenta, se quedó huerfana, ya que su padre murió años atrás.
Un par de años después de la muerte de su madre, Shara y sus amigas comenzaron a jugar con la ouija, cuando el espíritu con el que habían conectado empezó a responder a sus preguntas de forma extraña.
Cada vez respondía "Shara" y una serie de números que resultaron ser fechas importantes para ella:
Su cumpleaños, el de su madre, e incluso la fecha del fallecimiento de su madre.
Sus amigas cuentan que veían a Shara cada vez más extraña mientras la sesión de ouija avanzaba. Se comportaba extraño. Esa noche acabaron de jugar a la ouija sin ningún otro incidente.
Más tarde, esa misma semana, Shara les dijo a sus amigas que estaba segura de que aquel era el espíritu de su madre que intentaba contactar con ella.
Un mes después encontraron el cuerpo de Shara en su casa. Se había ahorcado con un cinturón. Sobre su escritorio dejó una nota en la que decía:
"Quiero estar con mi mamá"
