Capitulo 17. 3/3

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Viajaron por unos quince minutos hasta su heladería preferida, "Ice with cream" era su lugar habitual para disfrutar de un helado y una soda, por suerte no estaba abarrotado de gente, en el interior estaba decorado de colores pasteles y los muebles eran gris pálido, llego a atenderles un chico que seguramente rondaba los 17 o 18 años, era alto y de piel morena, cabello negro y desordenado, parecía ser nuevo en el lugar ya que les pregunto de que sabor querían sus helados, cuando en anteriores ocasiones la mesera les conocía tan bien, que al verlos entrar ordenaba para ellos lo habitual, él siempre pedía la barquilla de coco y chocolate, mientras que Jessica siempre ordenaba una de fresa con caramelo; el muchacho les trajo los helados y ellos empezaron una conversación mientras se deleitaban con sus barquillas.

―Así que... ¿Cómo te fue? ―comenzó él.

―Bien, me gusto visitar otro lugar, pero extraño un poco la escuela, debo empezar el próximo lunes.

―Siempre es bueno viajar, aunque siempre extrañas tu casa.

―Si es así, ¿Por qué vives en residencia?

―Sabes por qué, quiero la experiencia completa.

―He estado pensando en eso... me gustaría hacer lo mismo que tú, la universidad se ve divertida.

―Lo es, pero mi consejo es que te quedes con nuestros padres, aún eres muy joven para vivir en residencia.

―Tú tenías la misma edad que yo cuando lo hiciste, así que no me molestes con ese patético argumento.

―Cuida tu boca, mocosa.

―Inmoral. ―se rió―Tú maldices todo el tiempo.

―Sí, pero tú no serás como yo ¿Cierto?

―Espero que sí, me gusta cómo eres.

―Pues yo espero que no, tú serás mejor que yo.

―Que conmovedor. ―dijo tocándose con la palma de su mano el pecho, poniendo su mano sobre su corazón.

―Tonta.  ―se burló sacudiendo su cabello.

―Deja de hacer eso, ya no tengo seis años.

―Bla, bla, bla, no es que hayas crecido mucho desde los seis años.  ―le encantaba fastidiarla constantemente.

―Cállate, además, no soy pequeña, esta estatura está bien para mi edad, no es mi culpa que tú seas anormal y todos te parezcan enanos.

―Sigue diciéndote eso para conciliar el sueño.  ―ella le golpeó en la cabeza con la palma de su mano mientras ambos se reían. Pasaron unas dos horas conversando de estupideces, su hermana era una persona sociable y simpática.

― ¿Podemos ir a tu apartamento a ver a Sam?

―Eh... pues él en realidad está con April en la residencia de chicas.

―Pues vamos para allá.

―Yo no lo creo conveniente, mejor vamos al nuestro y les esperamos ahí.

― ¿Están teniendo problemas?

―Bueno... no entre ellos, pero April está pasando por una situación difícil.

― ¿Qué le pasa? ¿Le sucedió algo? ―ellas dos se llevaban muy bien, así que no le sorprendía que ella se preocupara por April.

-No, en realidad no le ha pasado nada, es que un familiar de ella tiene algunos problemas, así que ella está un poco preocupada –se sintió un poco culpable por mentirle, aunque técnicamente no le estaba mintiendo a su hermana, Alex era como familia para Aphril, a él no le gustaba mentir, pero esa información no era suya para compartirla; al llegar a su apartamento le escribió a Sam.

― ¿Estás vivo?

―Sí, logré calmarla un poco, aunque sigue molesta con Alex.

―Pues tal vez Alex también este molesta con ella.

―Tal vez, se veía bastante herida.

―Lo sabremos mañana, esa chica no exterioriza nada, debería dedicarse a la actuación, casi ni se inmutó mientras tu novia le gritaba, debe tener el mismo super poder tuyo de entrar en estado zen, en otras noticias, Jess regresó hoy, está aquí conmigo ¿Quieren venir?

―Vamos en camino.

El seguía preguntándose acerca de cómo estaba Alex, ella no parecía molesta mientras April le regañaba en frente de todo el campus, pero su cara parecía haberse oscurecido cuando le respondió, después se había recobrado rápidamente al darse cuenta de que había pensado en voz alta, ¿Cómo es que esa chica podía encerrarse tanto a si misma? ¿Acaso no le dolía tener que siempre ocultar algo en su pecho? A él no le gustaba mentir por esa razón, siempre le dolía el pecho al hacerlo, incluso se había sentido mal hace unos minutos al mentirle a su hermana, ¿Cómo haría esa chica para hacerlo constantemente? Definitivamente si algo debía reconocerle a Alex, era su destreza para siempre llevar mentiras colgando en su espalda, él ni siquiera podía imaginarse cómo debía ser mentirle a todos todo el tiempo; si fuera él, fracasaría; la chica debía ser un hueso duro de roer, era la única forma de que pudiera cargar con semejante equipaje por tanto tiempo, seguramente estaba tan habituada que ya no le pesaba, tal vez ni siquiera le molestaba tener que disfrazar las cosas. Tal vez ella no exteriorizaba nada porque no sentía nada, era imposible que bajo esa superficie pudiera ocultar tanto.

―Hola chicos.  ―Sam entraba por la puerta con una sonrisa, tomado de la mano de April, la cual se veía más tranquila que hace unas horas.

―Hola Sam, hola April. ―Jess se acerco a ellos y los abrazó a ambos estrechamente.

―Jess, te extrañábamos por aquí mocosa.  ―dijo su primo en broma, April le golpeó en la cabeza.

―Ella ya no es una mocosa, no ves que dentro de unos pocos días va a tener 18 años, pero Sam tiene razón al decir que te extrañábamos, ¿Cómo te fue en el viaje?

―Yo también los extrañe, la pase muy bien ¿Cómo está tu familia? James me dijo que tenías un problema con alguien de tu familia que la estaba pasando mal.

―Ah... si, pues, ahí estamos, poco a poco, es complicado cuando las personas no dejan que les ayuden –el ceño de April se hundió y su voz sonaba triste.

― ¿Quieren ver una película, chicas? ―Sam seguramente trataba de cambiar el tema de conversación.

Decidieron ver una película de acción de hace algunos años, en la que el protagonista recibía una llamada anónima de una mujer que había sido secuestrada y había logrado reconstruir un teléfono para pedir auxilio. Debía tener como unos diez años, pero le encantaba esa película, no importaba que tantas veces se la viera, seguía adentrándose en la trama y lo que los personajes debían de sentir en situaciones como las de la película. 

¿Por qué él no podía hacer eso con Axel? ¿Por qué no podía proyectarse para tratar de entenderla? Justo como hacía con los personajes de las películas, así debía de sentirse un policía a la hora de entender como pensaba un criminal, si lograbas entenderlo, podrías atraparlo. La telepatía estaba descartada, la había pedido de deseo de cumpleaños desde que tenía unos 7 años, así que dudaba que a estas alturas de su vida le concedieran su deseo, la otra opción era confrontarla, pero él no quería hacer eso, de alguna forma quería respetar el plazo que había decidido April, así que su única opción era preguntar a su padre, él sabía cómo estar en los zapatos de alguien más, le visitaría el viernes por la noche, los próximos días estaría ocupado, el viernes debía ir a su clase en el ayuntamiento, el sábado por la mañana debía buscar el regalo para su hermana, y por la noche iría a Vesubio con sus amigos, seguramente se acostaría con alguien cuyo nombre no recordaría al día siguiente, haría una investigación acerca de un trabajo de electrónica que tenía pendiente, así que como el viernes estaría ocupado, solo le quedaban los días jueves y sábado para acostarse con alguien, mañana podría citarse con alguien, era un buen plan, le gustaba ser organizado, si que serían unos días bastante ocupados.


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Cicatrices en el Alma [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora