Muchas veces hemos dicho, me decepciona sus actitudes, las actitudes de ciertas personas, eso ya es muy doloroso. Lo que a mí concierne mucho más doloroso es sentir la decepción por uno mismo, o aún más, sentir que las personas más allegadas sienten eso por nosotros.
Aunque la decepción siempre está en el día a día de cada persona, cada uno busca aliviar eso de una forma u otra, pero cuando uno ya deja de intentar pasar ese desencanto es cuando se apaga la luz, aquella la cual nos hace querer seguir.
Se apaga aquel brillo de viveza, sentir que estás despierto pero ya no estás viviendo, aún cuando sientes salpicaduras de buenos momentos, pero ya no hay forma, cuando esos momentos se tornan grises, cuando ves más oscuros que de color los días, cuando ya todo acabo, cuando tocas fondo