Océano e infierno

Viejos enemigos se encuentran

Punto de vista de Aru.

Todos salimos al ataque cargando contra el enemigos. Por el rabillo del ojo pude ver a mi división medica correr a la retaguardia para unirse a los demás.

Yo estaba armado con mis tantos, los cuales me permitían hacer mi trabajo mucho más rápido que cualquier otra arma. Mientras que mis compañeros estaban con armaduras de cualquier tipo dando gritos. Por lo menos los hijos de Aizen-Mio (dios del amor) ya no parecen princesas en peligro.

Mientras que yo iba de acá para allá dando tajos por doquier me encontré con un digno rival.

- Hola, ¿me recuerdas?. - Dijo un chico de pelo castaño revuelto, tenía unas gafas de sol y vestía con una camiseta de color negro raída con una letrero que decía "Let's eat" y unos pantalones marrones muy gastados e iba descalzo. - Me dejaste tirado en una isla.

- Oh, ¿en serio? - Le dije a ese tío. - Si te digo la verdad, no me acuerdo de ti.

- Como que no. Por tu maldita culpa me quedé en la isla espejismo hasta hace unos pocos días hasta que el rey Ashura me sacó de allí. - Dijo él un tanto enfadado conmigo.

- No caigo. - Le dije mientras pensaba.

- Joder, soy Nara, el demonio que se multiplica con cuerpos muertos. - Dijo ya desesperado de que me acordara de él.

- Ah, si, eres el gilipollas que casi me deja encerrado en esa isla. - Dije con una sonrisa mientras le señalaba con el dedo al poder acordarme por fin. - ¿Cómo ha ido tu miserable vida?.

- Miserable. - Dijo con un tono deprimido. - Pero si llevo tu cabeza ante el rey me hará un noble y por fin tendré la vida que siempre quise tener.

- No creo que puedas. - dije con una sonrisa un tanto oscura. - Ya peleó contra ti una vez y ahora soy mucho más fuerte y aparte, ya no me asusta mostrarme tal y como soy normalmente.

Él sonrió a lo que le dije y de su cuerpo empezaron a salir un montón de de seres como él, sus magníficos clones que había conocido en la isla espejismo.

Sus clones me rodearon, eran un total de quince clones. Uno de ellos sacó de no-se-donde una espada griega  y se abalanzó sobre mi espalda con la intención de matarme, pero, de mi espalda salió un vector de oscuridad que agarró al clon que lo aplastó y lo estampó varias veces en el suelo destruyendo su forma en el proceso.

Yo estaba muy tranquilo mientras que los clones estaban intentando hacer algo mientras que mis vectores los mataban con mucha facilidad mientras que Nara estaba un poco desesperado.

- Si quieres que me esfuerce, tendrás que luchar tú. - Le dije muy serio. - Me estoy empezando a cansar, así que, ¡Haz algo!

Él parecía un poco asustado, pero sacó de un bolso a su espalda sacó unos cuchillos mariposa que desplegó con un muy bonito truco para lucirse un poco para luego lanzar a por mi.

Con movimientos rápidos intentaba cortarme mientras que yo esquivaba cada corte que me mandaba. Ya cansado de esquivar le di una patada en el pecho que le mando un poco hacia atrás ganando un poco de espacio entre los dos.

Él chasqueó los dos y unos clones salieron de su cuerpo corriendo hacia mi con espadas en alto. Yo las esquivé como pude pero noté un pequeño dolor punzante en la parte baja del pecho. Cuando vi lo que era me sorprendí para ser sincero. En la parte baja de mi abdomen había un cuchillo mariposa clavado. Levanté la mirada y pude ver a Nara con una mano vacía y en su cara con una enorme sonrisa.

Di un suspiro y me quité la mariposa de mi tripa. - ¿Solo sabes hacer esto? - Le pregunté muy decepcionado por lo que había hecho. - Pensé que sabías hacer algo más. Bueno, ya he perdido demasiado tiempo contigo, y pensar que creía que eras digno de algo de mi tiempo.