5- Pedir clemencia, no marcó ninguna diferencia

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La dichosa aventura que Rick tenía preparada para él, no fue más que un paseo estúpido en el auto de Rick. Llevaban alrededor de una hora deambulando a las afueras de la tierra, en completo silencio.

-¿Que estabas haciendo en la bañera, idiota?- Aquella pregunta ya directa golpeó a Morty en el rostro tan fuerte que juraba que podía sentir ardor en las mejillas.

-Veras, estaba matando a un ganso mientras pensaba en las amigas de mi hermana- Dijo con un sarcasmo nada usual en él.

- ¡No estés jugando conmigo! Sabes a lo que me refiero- La voz del mayor sonaba angustiada, era como si de un momento hubiesen cambiado de personalidades.

-Lo que yo haga o no en el baño es asunto mío, Rick. Además, ¿Que te hace pensar que estaba haciendo "algo" Lo dices muy seguro ¿Acaso me estabas espiando?

El peliazul giró la cabeza para ocultar su evidente sonrojo. Morty tomo eso como una respuesta afirmativa, pues no es usual que el tipo se quedase callado ante una discusión.

-¿Sabes que? Tienes razón, no es de mi incumbencia.- La nave tomo el rumbo de nuevo a la casa de los Smith. El silencio era infernal y la mente de ambos estaba confundida y hecha un desastre.

Por un lado, Rick estaba furioso. Odiaba no poder controlar sus emociones ante el castaño quien, por cierto, era muy hostil. Pensar en un nuevo método para volver a la "normalidad" le daba pereza y lo frustraba, pues antes no había sido necesario.

Por el otro estaba Morty, quien no sabía si debía sentirse incomodo ante la idea de que Rick lo estuviese espiando mientras se bañaba. Con pena, admitió que eso lo excitaba. Ese pensamiento le hizo recordar su imagen embestida por una figura desconocida. Giró la cabeza hacia la ventana para ocultar el sonrojo que se dibujaba en su rostro, aunque de todas formas no habría sido notado, pues Rick estaba sumido de igual manera en su mente.

Llegaron a la casa. Aún era de día. No dijeron ni una sola palabra. Rick se sentó a trabajar en lo que fuera con tal de ignorar a Morty, quien se había quedado estático en la entrada del garaje rebuscando algo en sus bolsillos.

-Morty, si no vas a decir nada vete.- Rick giró su silla para poder mirar al chico, pero no lo vio donde lo había dejado parado. De pronto, sintió un tirón en su camisa y lo que vio al bajar su vista lo enterneció.

-Y-yo... Yo ya no quiero que estemos peleados.- Morty estaba arrodillado ante sus pies, con un rostro angelical y suplicante. Sus mejillas estaban rozadas y en la mano tenía su ticket de aventuras.- ¿Vamos?

Con todas sus fuerzas, Rick contuvo el deseo de besar a esa hermosa criatura. Se limitó a girar los ojos con fastidio, levantarse y dirigirse al auto. Morty se sintió feliz. Si bien lo había recibido una afirmación como se debía, no se había molestado pues era sabido que Rick nunca mostraba otra emoción que no fuese fastidio.

 Si bien lo había recibido una afirmación como se debía, no se había molestado pues era sabido que Rick nunca mostraba otra emoción que no fuese fastidio

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Y ahí estaban, siendo enjuiciados por las estupideces de Morty. Rick debía admitir que por mucho que quisiera al muchacho seguía siendo un idiota como su molesto padre.

You're Fucking MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora