-Demonios-

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Ese hombre que conocía como mi padre se puso de pie y se dirigió hacia mí, pero él lo detuvo.

-Amanda! Aléjate de él! – Grito mi “padre” – el solo quiere apoderarse de ti, ¡de tu energía!

- ven a mí mi pequeña niña – seguía diciendo. No sabía qué hacer, era bastante niña para saber lo que estaba pasando a mí alrededor.

Los objetos empezaron a flotar, retrocedí atemorizada, un torbellino apareció de repente frente a mí jalando todo objeto hacia él.

-No te quedaras con la niña – dijo mi padre con una voz demoniaca. Lo observe varios minutos y pude notar algo particular en su mirada… estaba llena de ira y maldad, sin duda esa persona había dejado de ser mi padre. Una sombra enorme se proyectó detrás de él, no tenía una forma concisa, pero trataba de llegar a mí. Esa sombre que me había defendido hace unos minutos puso una especia de barrera para que no pudiera alcanzarme.

Empecé a gritar como lo haría cualquier niña de mi edad y de pronto escuche la voz de mi madre llamándome, “¿Amanda? ¿Eres tú?”, pero antes de que pudiera entrar en la sala la puerta se cerró dejándola afuera, “¡mamá!” grite desesperadamente, ella golpeaba y golpeaba  la puerta para poder abrirla mientras en el interior se libraba una batalla para decidir quién se quedaba conmigo.

Después de un rato de intentar abrir la puerta mi madre logro romperla, pero ese demonio que había poseído el cuerpo de mi padre la arrojo fuertemente haciendo caer unos metros atrás, ella se levantó furiosa y dijo unas palabras que no recuerdo, pero una gran corriente de aire levanto a ese demonio azotándolo contra el techo, entro bastante molesta en la sala y dijo: “Alejase de mi hija… o los mandare de regreso de donde nunca debieron haber salido”. La sombra que proyectaba el cuerpo de mi padre se desvaneció rápidamente, pero el demonio seguía en su cuerpo, mientras que la sombra que siempre había estado conmigo haciéndome maldades y jugarretas seguía delante de mí manteniendo la barrera.

-Sabes que ella no es… - dijo la sombra antes de que mi madre lo interrumpiera.

-Y tú sabes que eso no me importa- dijo mi madre

-Ella tiene que regresar conmigo- dijo el demonio que poseía a mi padre.

-¡Eso Jamás!- replico mi madre frunciendo el ceño.

Ambos demonios estaban dispuestos a atacarse entre sí pero mi madre alcanzo a destruir al que había poseído a mi papá, su cuerpo se desintegro totalmente. Ella miro a la sombra  restante esperando a que se desapareciera, pero este no lo hizo, se quedó quieto manteniendo la barrera. De repente no podía escuchar nada, solo los miraba hablar de algo que puso muy molesta a mi madre, la vista se me fue borrando poco a poco, solo recuerdo que mi madre me cargaba en sus brazos mientras nos alejábamos de nuestra casa.

[11 años después]

Todo estaba muy oscuro… solo podía distinguir un camino de tierra entre la poca maleza  que se miraba, caminamos hasta llegar a una casa, parecía abandonada, pero aun así entramos, mi amiga desapareció al entrar a la casa, la busque por todos lados, pero no había rastros de ella, caminaba por un pasillo cuando sentí que una fría mirada atravesaba mi cuerpo, me di la vuelta pero solo podía ver oscuridad, retrocedí dos pasos mirando fijamente aquella oscuridad, tenía miedo, bastante miedo, mi cuerpo se congelo al escuchar lo que parecía un gruñido proveniente de esa oscuridad… y fue entonces cuando desperté bañada en un sudor frio.

-¿Otra vez ese sueño?- dije jadeando. Me incorpore en la cama  y apreté mi cabeza para liberarme de ese sueño que había tenido, dure un momento así y después decidí volver a  acostarme, me quede mirando el techo hasta quedar dormida nuevamente y que la alarma me despertara…

Mis DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora