Somos Energía

117 2 0
                                    

La nueva ciencia también acepta que el universo, incluidos nosotros, está compuesto de energía, no de materia. Esto no es realmente nuevo – fue postulado por Sócrates en Europa cuando, y por los antiguos rishis en la India hace miles de años.

Sócrates dijo que la energía o alma, está separada de la materia y que el universo está hecho de energía – la energía pura que existía antes de que hombre y otras cosas materiales existieran en la tierra.

Sin embargo, a finales del siglo XVII, la física newtoniana se convirtió en la piedra angular de la ciencia y se basó en la teoría de que solo existe materia y nada más; todo el universo es una máquina hecha de materia y nosotros también. La ciencia médica sigue estancada en el concepto newtoniano, aunque el resto de la ciencia ha pasado a la física cuántica.

La física cuántica dice que a medida que profundizamos en el funcionamiento del átomo, vemos que solo existen ondas de energía. Se dice que un átomo es en realidad un campo de fuerza invisible, una especie de tornado en miniatura, que emite ondas de energía.

Nosotros estamos; por supuesto, compuestos por átomos. Y los átomos están continuamente desprendiendo y absorbiendo luz y energía. Permanecen en movimiento incluso cuando dormimos. Cada célula del cuerpo contiene átomos alineados de tal manera que tienen un voltaje negativo y positivo, por dentro y por fuera.

Ahora, aquí está otro hecho interesante que se relaciona con nuestras vidas: cada átomo tiene su propia frecuencia o vibración. La física cuántica estudia el efecto energético cuando los átomos chocan, y no su materia. Lo que han observado es que cuando dos ondas atómicas se encuentran, o bien lo hacen en sincronía creando un efecto constructivo o armonioso, o lo hacen fuera de sincronía, creando un efecto destructivo en el que se anulan entre sí.

Aplicado a la vida diaria, esto significa que es importante ser conscientes de si nos encontramos en un entorno en el que se está rodeado de ondas de energía destructiva u ondas de energía constructiva. Las células que componen nuestros cuerpos saben instintivamente lo que es nutritivo y lo que es tóxico. De hecho todos los animales y las plantas se comunican a través de las vibraciones, es decir, detectando si la energía es buena para ellos o no. Pero se nos ha enseñado a no escuchar nuestros sentimientos, sino a lo que la gente nos dice. Por lo tanto, no estamos acostumbrados a usar nuestra capacidad de sentir energía, a pesar de que la tenemos como todo ser vivo.

Los seres humanos somos energía, y esta es el combustible que necesitamos para vivir. Cada proceso que realizan nuestras células y los tejidos producen y requieren de la energía para llevarse a cabo.

Nuestro campo energético está basado en la actividad química del cuerpo, en la actividad mental del cerebro, en las emociones y en las conexiones que pueden llamarse espirituales.

Finalmente, la Física Cuántica ha observado que toda la realidad es vibración energética. El físico Max Planck al recibir el premio Nobel de física, dijo: «Como persona que ha dedicado toda su vida a la ciencia más perspicaz, el estudio de la materia, todo lo que puedo decirles sobre el resultado de mis investigaciones sobre los átomos es lo siguiente: ¡La materia no existe!. Toda materia se origina y existe sólo en virtud de una fuerza que hace vibrar las partículas de un átomo y las mantiene unidas».

Nos desplazamos desde el mundo de la forma sólida estática a otro de campos energéticos dinámicos. Movimiento, eso es la vida, somos como el mar, cambiamos constantemente.

Cuando nos permitimos desarrollar nuevas sensibilidades empezamos a percibir un mundo totalmente distinto.

Comenzamos a prestar más atención a aspectos de nuestras experiencias. Expresiones como «malas vibraciones» o «la energía fue enorme».

Advertimos y concedemos más credibilidad a experiencias tales como, conocer a alguien que instantáneamente nos cae bien o mal. Y decimos nos gustan sus «vibraciones». Así mismo podemos saber cuándo nos está mirando alguien y levantar la vista para ver quién es. Podemos tener la sensación de que algo va a pasar, y ocurre realmente. Empezamos a prestar oídos a nuestra intuición. «Sabemos» cosas, aunque no siempre percibirnos el modo en el que llegamos a hacerlo. Tenemos la sensación de que un amigo se siente de determinada forma, o que necesita algo, y cuando nos esforzamos por satisfacerlo descubrimos que teníamos razón.

A veces, cuando discutimos con alguien, podemos sentir como si extrajeran, o como si nos estuvieran «apuñalando», o tal vez como si nos dieran un puñetazo en el estómago. Hay ocasiones en las que nos sentimos rodeados de amor, de cariño, bañados en un mar de dulzura, bendiciones y luz.

Cuando alguien ha sentido un «flechazo» de amor, lo sentimos en el cuerpo Todas estas experiencias tienen su realidad en los campos energéticos de nuestro cuerpo.

Nuestro viejo mundo de sólidos bloques de hormigón está rodeado y penetrado por otro mundo fluido de energía radiante, en incesante movimiento, constantemente cambiante como el mar.

Una guía para conocerse mejorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora