Capítulo 2: no te folles a mi madre.

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(Kilian en multimedia)

Me encuentro durmiendo tranquilamente hasta que me despierto por el ruido de mi celular, doy unas tres vueltas en la cama tratando de ignorarlo pero a la cuarta, cuando no se calla y de tanto rodar caigo en el piso, decido levantarme y tomarlo.

—¿Qué? —hablo tras la línea sin siquiera ver quien llama.

—No sé si así le hablarás a tu madre, pero a mi no me hables así —contesta Dylan tras la línea.

—Me despertaste, así que más vale que me tengas que decir algo importante —sacudo mi cabello y paso mi mano disponible por mi rostro tratando de despertarme un poco.

Un par de cachetadas deberían funcionar.

—No, sólo quería darte los buenos días —mi rostro se desencaja y estoy a punto de colgarle cuando vuelve a hablar—. No, mentiras, es broma. Te llamo para avisarte que hoy mi madre hará una cena y quiere que vengas a cenar con nosotros.

—A veces me siento como si fuese tu novia, Dylan —éste ríe detrás de la línea y como siempre, su risa alborotada me causa risa.

—Si te soy sincero, creo que le gustas a mi madre —mi ceja se arquea y una risa incrédula se escapa de mis labios—. Así que nos vemos a la noche, papi.

Cuelga la llamada así que dejo mi teléfono en algún lado de la cama y me acuesto nuevamente. El hecho de que puede que le guste a la mamá de Dylan es bastante extraño, pero tiene su toque gracioso. El padre de Dylan los abandonó cuando él era un bebé, su madre siempre se ha hecho cargo de él. Es una mujer joven y bastante agradable, para ser sincero. Y si Dylan no fuese mi mejor amigo seguramente me cogeria su madre.

Pero no, hay que respetar. Lo de papi sólo se usa de chiste, de otra forma sería bastante extraño.

Suspiro y me decido por dejar mi lado morsa y levantarme de la cama, asearme e ir a la cocina a comer algo, debido a que mi estómago me lo esta pidiendo a gritos. Me preparo un sándwich en la cocina y luego me dirijo al sofá para comer más cómodamente, pero al ver entrar a mi madre por la puerta, dejándome ver por unos segundos hacia la calle antes de que la puerta se cierre, dejó de comer y me pongo a pensar sobre lo que anoche vi por la ventana. La vecina, a quien por ahora nombraré como vecina porque no tengo ni puta idea de cómo se llama, yendo hacia el bosque muy tarde en la noche. Como buen chismoso entrenado que soy, no puedo evitar pensar, ¿Qué podría ir a hacer al bosque a esa hora?

—¡Kilian! —exclama mi madre distrayéndome de mis pensamientos—. ¿Me vas a ayudar con las bolsas o te vas a quedar ahí sentado? —rápidamente dejó mi sándwich y la ayudo con las bolsas llevándolas hasta la cocina—. ¿Harás algo hoy en la noche? —me pregunta mientras me dirijo al sofá nuevamente a terminar mi desayuno.

—Iré a cenar a la casa de Dylan, su madre me invito —digo bastante desconcertado sin poder quitarme la imagen de esa pequeña chica con ropa grande caminando de noche hacia el bosque—. Mamá, ¿Sabes el nombre de los vecinos? —pregunto dirigiendo mi mirada hacia ella, hace una mueca pensativa para luego negar con la cabeza.

—No son personas muy conversadoras que digamos, Kilian. Se mudaron aquí hace varios meses y creo que sólo los he visto tres veces —asiento y le doy un mordisco a mi sándwich—. ¿A qué se debe tu pregunta?

—Curiosidad —respondo encogiéndome de hombros, termino de comer mi sándwich y subo a mi habitación.

Literalmente no sabemos absolutamente nada de los vecinos y este puede decirse que es un pueblo pequeño y bastante rural. La zona en la que viven es donde se encuentran las casas más grandes y ¿Bonitas? ¿Pretenciosas? Como sea, eso demuestra que son económicamente capaces. Entonces, ¿Por qué nunca salen de su casa? Nunca he conocido a personas adineradas que vivan en un pueblo pequeño y que no salgan de su casa. Y el hecho de que su hija se vaya al bosque tan tarde... Me hace pensar que quizás son sicarios que ganan dinero asesinando, se mudaron a este pueblo para esconderse porque la policía los busca y por eso no salen, pero aún así siguen trabajando, y su hija, la joven de la familia, es quien se encarga de esconder los cuerpos en el bosque, por eso eligieron un pueblo tan campestre para vivir y seguir trabajando. Aunque, cuando la vi cargando la bolsa de basura no parecía tan grande o pesada como para meter a un ser humano, así que... No deben ser sicarios, mi conspiración no tiene sentido.

...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora