A lo largo de la historia se han grabado en innumerables obras literarias los vestigios y problemas de las épocas.
Esta es una historia basada en hechos reales, los personajes han sido alterados a mi gusto y la historia podría considerarse parcialmente verdadera.
Espero disfrutes de ella tanto como yo escribiendo.
Mi nombre Johnnathan Zelaya mejor conocido como John Zevass.
Prólogo
Tenía 20 años fue víctima de los convencionalismos de aquella oscura época donde fue obligada asumir el papel de ama de casa, leal y sumisa. Y es que habiendo tan pocas oportunidades; las mujeres en realidad no se educaban sino más bien se domesticaban.
Fue iniciada en la práctica de la obstetricia como oficio; parte de una herencia tradicional familiar.
Su nombre era Luisa una chica tocada por la bendición del cielo, con proporciones delicadamente voluptuosas y con su rasgo imperdible de herencia africana. Tenía una imaginación volátil y explosiva. En su inocencia le llenaba de alegría encaminar una nueva luz al mundo, pues, en medio de tanta miseria lo único bueno era el don de la fertilidad otorgada a las mujeres. Para muchos un nacimiento se trataba de algo traumatizante y sumamente asqueroso, lejos de ser un motivo del que alegrarse y es que es una boca mas sumándose a la miseria, pero para ella, la vida era un enigmático asqueroso milagro.
Su oficio le permitía estar en constante contacto social y aprendía mucho de lo que escuchaba y cada vez que alguien tocaba el tema de la educación no podía evitar sentir como su pecho se ensanchaba de curiosidad por experimentar aquel concepto. Ella, sola en su habitación mientras desnudaba el cuerpo del hábito; ensayaba discursos con la intención de convencer a sus padres de darle la oportunidad de formarse como institutriz y así aspirar a un mejor modelo de vida, pero estaba consciente de que la bolsa no ajustaba para invertir en ello, así que, poco a poco fue renunciando a esa idea. Después de todo ella era parte de la actividad económica de la casa.
Su padre a quien mencionaremos en remotas ocasiones, se dedicaba a la pesca su piel estaba marchita por el azote constante de los rayos de sol y su mirada con el paso de los años se fue ensombreciendo en el habito rutinario de llevar el sustento diario. Y con esto, estimado lector, conocerás el inicio de su tragedia y el desenlace prometerá llenarte de dudas, pero ahora mismo te aseguro que esta es una historia inspirada en hechos reales.
I
Trujillo 1910
Luisa
-Hoy el día está más caluroso que de costumbre y es increíble la cantidad de gente que viene a la costa, van y vienen constantemente, como el vaivén de las olas del mar.
Hace un rato atendí el parto de una chica proveniente de Europa, de tez blanca, cabellos dorados y de rasgos delicados, su edad oscilaba entre los 16-17 estaba realmente asustada, costo calmarla y apretaba mi mano como el demonio, pero finalmente fue un parto sin complicaciones.
Era uno de los amoríos de algún aristócrata, cuentan, y que en realidad buscaron desesperadamente una partera de oficio porque su médico llegaría un día después y la premisa no podía esperar.
Llego la noche y con su habito el sueño, el reloj apuntaba las 11:00 y seguía pensando en aquella chica y fue una lástima que no entendiera español, tenia tanto que preguntarle. . .
-Mi madre está un poco delicada, desde hace algunas horas no sale del cuarto, no quiere comer ni beber otra cosa que no sean brebajes, ya no tiene la misma fuerza de hace algunos años.