La Casa Del Viento (ALSDV II)

CAPITULO 1

Hoy salía del hospital.

No estaba ansiosa por eso, realmente no he podido comprender mis sentimientos en estas últimas semanas.

Están la tristeza, la felicidad, el enojo, el amor, el odio, la melancolía y otros cuantos más, vagando en mi interior.

Sin embargo, ya no les presto atención.

-¡Hey! Ya llegó tu hermano por tí. -Entro Legna a la habitación.

Ante mí familia la presente como una amiga que conocí por internet, unos cuantos dudaron ante esa historia, pero no dijeron nada.

-No creo que sea necesario eso... -Le señale la silla de ruedas que traía consigo.

Ella se acercó para ayudarme a subir y dijo: -Yo pensé lo mismo, pero Matt dijo que era  necesario porque lalalala... -Finalizó poniendo los ojos en blanco.

-¡Huy...! "Matt"... -Murmure y la miré burlescamente.

Ella se sonrojo.

-¿Y cómo la llevas con Aaron? -Pregunto ella y yo la miré esperando ver la misma mirada de burla, pero me sorprendí al verla sin rastro de eso.

-Bien... -Dude un poco antes de contestar.

-Me pareció un gesto muy noble de tu parte que no le dijeras que recuerdas todo lo sucedido.

Íbamos por los pasillos del hospital.

Mi respiración estaba inundada por los olores que me habían acompañado a lo largo de estas semanas, aunque ahora ya no me resultaban tan incómodos.

-No fue nobleza Legna. -Le respondí de manera hosca. -Fue porque quiero escuchar la verdad dicha por él.

No podía comprender aún porque no entendían que hacía las cosas con otra intención y no la que ellos querían.

-Hola chicas... -Hablo frente a nosotras Matthew, el enfermero.

-Hola -Contestamos Legna y yo al unísono.

Legna se sonrojo al instante.

Yo me reí.

-Legna... -murmuro Matthew mirando a esta con nervios. -Yo me estaba preguntando si... ¿Quieres ir a tomar algo? -Lo miré tragar en seco y su nerviosismo consumiendolo.

Tome las llantas de la silla y me aleje un poco del lugar.

Aunque pude escuchar la voz de Legna responderle "si" y sonreí.

Ella me alcanzó y no respondió nada ante el escrutinio de mis ojos.

-¿Y bien...? -Le pregunte en espera de una posible palabra de parte suya.

-Tengo miedo. -Dijo ella.

En definitiva no esperaba nada como eso.

Junte mi entrecejo.

-¿Por qué?

-Ya sabes... Al querer a alguien y que se aleje -Su voz era un susurro -Sé supone que debería estar acostumbrada, pero, no sé... No es fácil, por el contrario, cada vez duele más y no quiero que pase lo mismo.

-Sabes que acostumbrarse a algo es ilógico, ¿no?, Me refiero a que, por ejemplo, si yo me acostumbrará a algo después de un tiempo el aburrimiento me consumiría, lo cual no sería para nada genial; las personas generalmente estamos en un constante cambio y movimiento, entonces... -Mire a Legna y comprendí que nada de lo que yo le decía era de importancia para ella. -Solo sal con el chico y ya. -Finalicé.

Se comenzó a reír.

-Desi...

-Liam. -Salude a mi hermano con un beso en su mejilla.

Liam le susurró un ligero "Hola" a Legna y ella solo le sonrió.

Mi mente en las últimas semanas han trabajado a más no poder.

Sin embargo, desde que desperté hay una cuestión rondando en mi cabeza, una y otra vez.

¿Cómo obtendré la verdad?

Nadie ha dicho nada, ni siquiera por descuido.

Liam me ayudó a subir a su nuevo auto en la parte del copiloto, Legna subió en la parte de atrás y Liam se colocó en la parte detrás del volante.

En cuanto Liam encendió el auto, yo prendí la radio y como una maldita coincidencia la misma canción que la mañana del accidente sonaba estaba reproduciéndose, de nuevo.

Liam se puso tenso.

Yo lo vi.

Legna no se movió y yo, por mi parte, dudaba qué hacer.

Ignore la actitud de mis dos acompañantes y también de la canción sonando, lo único que hice fue limitarme a ver el camino por la ventana.

Sabía que tenía un nuevo desafío.

Yo recordaba todo, cierto y eso estaba a mi favor; pero, nadie lo sabía.

¿Cómo se supone que lo lograría?

El único factor que ahora estaba a mi favor era el tiempo. Estaba viva.

De ahí en fuera, nada más.