Introducción

598 16 3
                                    

 Un corazón dañado no vuelve a la normalidad nunca. No hay medicina, tratamiento ni terapia para repararlo. Es un daño irreversible que se queda incrustado en las carnosas pero sensibles paredes de lo que llamamos corazón.

No importan los intentos que hagas por olvidar que alguna vez fue dañado, puedes intentar bloquear los recuerdos de aquel amor que te destruyó, incluso puedes enterrarlo en lo más profundo de tu corteza cerebral, pero él no se olvidará porque la avería es irremediable, ni con todos los amores fugaces logrará llenar ese vacío desolador y se encargará de recordártelo, con esa opresión tan característica en tu pecho que creerás fuera de lugar y sin motivo, pero la cuestión es que no quieres recordar el porqué de ese dolor.

Fuera del auto llovía y en mis ojos también, mis coloradas mejillas ardían en cólera y frustración, mientras dejaba que mis lágrimas de coraje se derramaran sobre mi cara y rechinaba los dientes intentando no perderme a mi mismo.

Verlo no fue bueno para mi, lo único que provocó fue que mis nervios se dispararan de inmediato, y todas esas emociones encontradas se desbordaran de mi interior, dejando mostrar mis debilidades frente a ese ser tan despreciable que yo amaba a pesar de todo.

Mi cabeza estaba hecha una maraña de estambres de colores, en ella se aglomeraban memorias y palabras que no fueron pronunciadas, -aunque me arrepentía de esto último-.

Podría catalogarlo como el peor tipo de hombre que existe; aquel que no te suelta pero tampoco te tiene contigo, estás atado a él por una especie de correa invisible que mide metros y metros pero él puede halarte a su placer sabiendo que tu no podrías negarte, porque tus sentimientos son esa correa que no puedes romper. ¿Pero acaso no soy yo peor que él con esa actitud autodestructiva y masoquista? Todas las veces que me buscaba yo sabía que me haría daño. Pero lo que yo sentía era amor, ¿no? Porque eso significa perdonar y rescatar algo que estimas.

Yo mismo no podría catalogarme como obsesionado, porque no lo espiaba, no lo seguía, no estaba al pendiente de cada movimiento que hacía. A veces me surgía la necesidad de verlo y lo buscaba y viceversa, provocando que los dos cayéramos en un interminable circulo vicioso. Nos amábamos, eso era seguro, era obvio que nos buscaramos persistentemente, encontrarnos para obtener lo que queríamos, ¿cariño? ¿Compañía? ¿La calidez de una persona conocida? ¿Todo? ¿Nada?

Ambos estábamos completamente confusos estirando y soltando una cuerda que debió haber sido soltada desde que la relación se rompió, pero nosotros éramos necios y queríamos aferrarnos a una cuerda que nos laceraba el corazón a medida que jugueteábamos con ella en el fango.

Recargué mi rostro sobre el volante y entre mis mojadas y pesadas ropas me escondí, orillándome al lado del camino, fantaseando con el rostro de mi agresor, con sus dulces palabras, con sus brazos... Yo soy de lo peor...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 02, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Friends With Benefits  (Yaoi/Gay) [PROXIMAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora