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Justin se detuvo de golpe y sonrió lentamente al regresar en sus pasos y ver en uno de los pasillos de la biblioteca

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Justin se detuvo de golpe y sonrió lentamente al regresar en sus pasos y ver en uno de los pasillos de la biblioteca. Joder, ahí estaba. Sola y de puntillas tratando de alcanzar uno de los libros que se encontraba en una de las estanterías más altas. Su pequeño culo enfundado en aquellos pantalones de la preparatoria haciendo movimientos mientras aún trataba de alcanzar el libro y no obtenía resultados. Y cuando dio un salto y sus tetas rebotaron, Justin sintió su polla doler y apretar contra la cremallera de sus pantalones.

Mordió suavemente su lengua y no dudó en moverse cuando de nuevo ella volvía a ponerse en puntillas y hacía un tercer esfuerzo. Deteniéndose de golpe cuando él la rodeó y alcanzó el libro por ella, rozando su pequeña mano, y provocando que respingara en su sitio al sentirlo detrás. Su piel se erizó por el pequeño jadeo que ella acababa de dar y por el temblor que sintió en su suave piel al acercarse un poco más. Él tuvo que lamer sus labios al inhalar y oler ese exquisito perfume. Suave y femenino y tan malditamente tentador como ella misma. Y al provocar que su pecho chocara con la pequeña espalda, él quiso gemir con fuerza al sentirla temblar. Fue justo ahí cuando supo que, si no se detenía y ella no lo hacía, pasaría a mayores.

—Justo aquí, O'Connor. —Él susurró y aprovechó en hablarle cerca de su oído. Aún muy junto a ella. Sonriendo satisfecho cuando apenas pudo escuchar el suave gemido.

Muy atento a sus movimientos la vio y sintió girar en su puesto, jodidamente duro cuando aquellos impresionantes ojos lo miraron. Mejillas sonrojadas y labios increíblemente rosas. Y cuando él levantó el libro que acababa de alcanzar por ella, y lo acercó, volvió a sonreír al verla tragar con fuerza y al ver el color en sus mejillas rodear su precioso rostro. Una risa escapando de él cuando ella tomó el libro con rapidez y lo presionó en su pecho, en aquellas impresionantes tetas. Desviando la mirada de golpe, pero no apartándose de él.

—Gracias. —Ella susurró también suavemente, aún muy sonrojada.

Emilie O'Connor había empezado a despertar un interés demasiado grande en él, demasiado grande por saber de ella y por saber lo que la rodeaba. Si bien Justin la había visto antes, él era jodidamente honesto al admitir que no había prestado ni un poco de atención durante todo ese tiempo.

Había sido una mierda la forma en como se había detenido a fijarse en ella, y todo gracias a su muy irrespetuoso y machista compañero de equipo. Justin había maldecido y se había sentido enojado cuando lo vio abordarla. Y es que él siempre había tenido una debilidad por las chicas pequeñas que podían verse en problemas y él podía "rescatar". Y ella había estado en el sitio equivocado.

Pequeña y dulcemente atractiva lo había alcanzado. Ella había atrapado su atención como nadie más, y a Justin lo jodía y le encantaba. Apenas y alcanzaba a llegarle hasta el cuello, su piel se veía exquisitamente suave y tenía unos jodidos ojos que en los días anteriores que ella lo había mirado, él había quedado hipnotizado. Labios regordetes y mejillas que se sonrojaban cada vez que él chocaba miradas con ella en los corredores de la preparatoria. Tenía curvas y el uniforme hacía un trabajo excelente en ella, marcándolas y haciéndolas increíbles a la vista. En pocas palabras ella era deliciosa, y cada vez que tenía oportunidad de alcanzar e inhalar un fragmento de su suave perfume o escuchaba su voz, lograba ponerlo duro y hacerlo anhelar con más ansias y más necesidad.

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