No me pregunten por qué estoy triste
o por qué me quedo despierta hasta tarde
o frente al celular moviendo los dedos
como si no mirara nada y hablara tonteras
y la verdad:
estoy triste,
muy triste
y con muchas ganas de llorar.
No es por mí, mis temas los puedo resolver
cuando quiera o me dé cuenta que los tengo.
(En realidad todo es por mí, aunque diga lo contrario).
No, esto es otra cosa.
Estoy demasiado triste
es que él se está yendo.
Corrijo: él se fue.
Y quizá, nunca volveré a verlo
porque se fue de mi vida,
de los chats,
de todos lados.
No puede irse de mis pensamientos
y si pudiera, sé que lo haría.
Al final, esa es la razón de mi tristeza.
Me encariñé mucho con alguien que
prefería amar a alguien más.
Y debo aceptarlo.
Pero hasta que lo haga, seguiré
soltando palabras al viento
y sólo tomando las que llamen mi atención.
Tampoco todo lo que escribo para él
es lindo y quiero leerlo.
Es un poco tedioso tener que seguir
escribiendo cosas lindas
para alguien que quiere irse en vez de quedarse.
No está.
¿Qué gano con todavía hacer que
permanezca en palabras
si en persona
él ya se fue?
ESTÁS LEYENDO
Ausencia repentina©
PoesíaPorque simplemente, a veces, dejamos de ser. Esto no se trata sólo del amor y la manera en que un corazón roto enfrenta al mundo. Lo escribí entre septiembre del 2017 y finalizó en febrero del 2018. Mi realidad es muy diferente ahora y aun así quie...