Extra.

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23 centímetros de puro placer.

Howard no era el padre más afectivo del mundo. Ciertamente le costaba mucho relacionarse con Tony.

Aún así el amaba a su "pequeño", por qué vamos, el siempre sería su pequeño niño de ojos avellanas.

O al menos eso pensó, hasta que Tony dio una noticia que le perturbó. El tenía novio.

Cuando Howard lo escucho, se atragantó con su tragó. ¡Había un alfa pervetiendo a su niño!, Un maldito degenerado al cual Tony llamaba 'papi'.

Quería destrozar al bastardo. Hacerlo añicos, hasta que suplicara piedad.

Pero se mantuvo en calma, al fin y a cuántas el era un hombre inteligente, un estratega y debía pensar como tal.

Lo primero era conocer a tu enemigo.

Por lo tanto Howard hizo lo que todo padre haría, invitó al bastardo a su casa de campo.

La oportunidad era perfecta, ya que Tony tenía una semana libre, por días festivos y eso.

Cuando el día llegó, Howard estaba frente al espejo, sonriendo como el gato de Alicia, mientras arreglaba su bigote.

María, su esposa, lo miro como cuando estaba por hacer algo estupido. En definitiva ella lo conocía realmente bien.

"Comportate", susurro ella.

Pero Howard estaba demasiado ocupado en ver a su hijo, quien bajaba del auto emocionado.

Hasta que divisó una cabellera rubia, entonces puso mala cara. La cual cambio a una de genuina sorpresa y luego a gracia total.

El alfa Steve Rogers, no era más que un pobre chico. Era delgado y de aspecto enfermizo.

Se aguantó la risa, al verlo casi tropezar y sostuvo su mano, cuando el chico avergonzado se la tendió.

¿Este era el alfa?, Howard le sonrió, genuinamente encantado.

Nadie estaba sometiendo a su niño, es más, probablemente Tony abusaba de ese chico.

Eso hacia de Steve Rogers, un chico aceptable para el.

Howard se mantuvo todo el día relajado y alegre, mientras el chico parecía ser el típico nerd al que molestar y mientras su hijo lo mandoneaba de aquí para allá.

La cena fue tranquila y la charla, ciertamente fue buena.

Steve Rogers le agradaba.

Al final del día el rubio parecía menos asustado. Cuando fue hora de dormir Jarvis lo llevo a su habitación, donde se quedaría durante su estadía.

Y Tony lo había abrazado, agradeciéndole que fuera tan amable con su novio.

Howard se sintió un buen padre.

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