Same? Same.

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— Entonces, Minie, ¿vendrás?

— Si, ya estoy en camino.

Ambos colgaron el teléfono y continuaron en sus propias cosas: JiMin conduciendo y NamJoon, NamJoon afilando su navaja con una inmensa sonrisa, emocionado por su primera cita con JiMin.

— Si vendrá, HoSeok. Ya conoces el plan. —le dice al otro chico junto a él.

Nam se miró en el largo espejo de su habitación, revisando que su ropa luzca perfecta, nada podía fallar ésta noche.

Salió de su casa y caminó hasta el restaurante acordado, pues no quedaba muy lejos de ahí. Sus manos sudaban ante el nerviosismo y sus latidos se aceleraron al ver a su cita ya sentado en la mesa, esperándolo.

Se acercó a paso lento, sin dejar de mirarlo. El menor levantó la vista y sus ojos se encontraron por unos segundos, antes de que ambos apartaran la mirada apenados.

— Ho-hola, JiMinie. —saludó aún demasiado nervioso tomando lugar frente al mencionado.

— Hola. —sonrió con timidez.

Ambos chicos disfrutaban de estar juntos. Se conocían hace poco, pero eso era suficiente para darse cuenta de que el otro era alguien tan amable, tan lindo que sabían que podían confiar en él.

Comieron cómodamente mientras una casual plática se entablaba entre ellos. Los nervios se estaban disipando conforme el tiempo pasaba y llegó un momento en que tomaron sus manos; las grandes manos de NamJoon sujetaban suavemente las tiernas manitas de JiMin.

Suaves caricias se hacían presentes en las manos de ambos y su mirada no dejaba de desviarse para mirarlas, sonriendo ante lo adorable que lucía la escena.

— Mi casa queda cerca de aquí, Minie, yo... uhm... ¿quieres venir? —sus mejillas se tiñeron de un lindo color rojo y ni siquiera podía mirar al chico a los ojos.— Sé que no nos conocemos mucho, pero me gustaría pasar más tiempo contigo.

— Claro que quiero ir. —su rostro también estaba ligeramente rojo y no podía dejar de sonreír.

Pagaron la cuenta una vez terminaron de cenar y, con sus manos entrelazadas, salieron del lugar camino a la casa de NamJoon. Pasos cortos y calmados, no querían acelerar el ritmo que llevaban, observar la noche juntos era lindo, no querían que ésto terminase tan rápido.

La estadía en su casa había sido tranquila, las palabras fluían entre tímidas risas y tiernos sonrojos, sus manos eran incapaces de soltarse.

— Prepararé un poco de té, no tardo, ¿sí? —se levantó del sofá y se dirigió a la cocina, buscando las cosas necesarias en la alacena.

JiMin estaba dispuesto a esperarlo, pero la emoción le estaba ganando y no quería alejarse de él ni por solo un segundo.

Fué también hacia la habitación en donde NamJoon había entrado y logró visualizarlo preparando el té que le había mencionado.

Se acercó hasta llegar a la mesa posada detrás de Nam y se sentó en el borde de ésta, haciendo el ruido necesario para llamar la atención del chico.

— Oh, Minie. Casi termino. —avisa mirándolo, para luego regresar a su tarea.

— Me gustas, Namie. —soltó de repente haciendo al mayor girar para verlo.

— ¿Te gusto? —caminó hacia él, hasta alcanzarlo. Lo tomó de la cintura y acercó su rostro peligrosamente al suyo, ambos sonreían.

— Si, me gustas. —NamJoon miraba sus labios, sintiendo esas ganas de besarlo ahora. Sus manos seguían en su cintura mientras las de JiMin se sostenían de la mesa.

Logró ver la silueta de HoSeok detrás de JiMin, acercándose a ellos con su machete sostenido en ambas manos y levantado en el aire, listo para dejarlo caer sobre la cabeza del menor como habían planeado.

— Enserio me gustas, NamJoon. —su sonrisa se deformó al volver a hablar, ya no era tierna, nada tierna.— Me gustas y no quisiera terminar con ésto tan pronto. —el mayor se alarmó al sentir el frío metal hacer contacto con su cuello, más no presión.— No quiero matarte aún. —HoSeok, atrás, estaba en shock por esas palabras. Estaba confundido, pues JiMin sostenía la navaja de NamJoon en el cuello de éste.

NamJoon metió su mano a la bolsa de su pantalón en donde debería estar su navaja, notando que estaba vacía. Sonrió, sonrió de una forma tan cínica y retorcida, sonrió porque realmente no sé lo esperaba, JiMin era listo.

— Tampoco voy a matarte. —levantó su vista y le hizo una seña a HoSeok, indicándole que baje el machete. Éste obedeció y JiMin giró enseguida para observar lo que pasaba. No podía creerlo, ambos tenían el plan de matar al otro en su primera cita, que coincidencia tan extraña.

Regresó su mirada a NamJoon y los labios de éste se unieron de inmediato con los suyos. No se alejó, continuó con el beso mientras sus manos bajaban la navaja hasta dejarla en la mesa, para poder sostenerse de sus hombros.

HoSeok se retiró de ahí, para irse a sentar al sofá. Había que darles espacio, luego sabría qué pasa, si JiMin quizá era apto de estar junto a ellos.

Nam y JiMin seguían hundidos en la deliciosa sensación que los labios del otro les brindaban y la emoción en su interior crecía, al saber que eran más parecidos de lo que creían.

Se separaron luego de un rato, manteniendo el contacto visual, sin rastro de la pena que sentían minutos antes y esa sonrisa perversa seguía en el rostro de ambos.

— Parece que nos llevaremos mejor de lo que creí, JiMinie.

— Eso creo.




Nota: No es tan largo, pero la intención es que ésto quedará claro, cómo es que su relación pasó de ser tierna, falsa, a lo real

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Nota: No es tan largo, pero la intención es que ésto quedará claro, cómo es que su relación pasó de ser tierna, falsa, a lo real.

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Same? Same 남민 NamMin OS • [Are You Afraid?]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora