La primera vez.

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ㅡ¿Mark?

En medio de la oscuridad rojiza él sonrió, la luz que alumbraba aquella noche era como el vino, su sonrisa deslumbraba; era la luz de luna.

Tan callado y observador. Tomó mi mano, avanzó y lo seguí detrás.

ㅡNo puedo hacer esto Mark... ¿Por qué no dices nada?

Continuó tan callado. Había una multitud de gente alrededor, todos nos observaban y a la vez era como si no existieran.

Llegamos a un puente hecho de madera. Cada uno quedó en un extremo, cuando Mark me dejó al inicio y él camino despacio hasta el final del mismo.

El paisaje se tornaba cada vez más rojo.

ㅡYo... estoy dudando. ¿La edad importa?ㅡ Y al fin la anhelada voz se hizo escuchar.

ㅡPorsupuesto que no importa. Lo podemos todo, aquí, en este instante.

ㅡTengo miedo

ㅡTodo es posible, DonHyuck

Y ellos, quienes seguían atrás orbservándonos,  no nos quitaban la vista de encima y de pronto todos asintieron con la cabeza. Mark y yo caminamos al mismo tiempo, como una melodía que lleva ritmo, sin apariencia de césar, hasta juntarnos a la mitad del camino de aquel puente.

ㅡSi todo es posible, entonces...ㅡ Él asintió.

Poco a poco nos fuimos acercando el uno al otro, el ambiente era más extraño cada vez. Era una combinación de angustia con felicidad.

Nuestros ojos se encontraron, y el mundo dejó de existir. Sólo éramos dos, como si el destino nos hubiese juntado en un cuento ficticio, que se sentía tan real.

Mi corazón se aceleró, perdió el control y el ritmo cada vez era más fuerte, más rápido. Su respiración rozaba mi piel, una caricia que no necesitó contacto.

Con toda la torpeza y nerviosismo que pudiese existir nuestros labios se unieron.

La música creada en nuestros corazones hicieron de los labios una pareja de baile, una perfecta coreografía en medio de la nada.
Un vals coordinado sin interrupciones de silencio.

La explosión de dos mundos en el universo, separados a kilómetros de años luz.
El alma se conecta de forma inesperada, a pesar de la distancia.

Pero el miedo sigue acechando y la luz repentina derriba las ventanas, rompiendolas en llanto.



































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Después de un respiro en la vida, uno vuelve a escribir. Y es cuando se da cuenta que si la musa no muere, entonces el amor pero la vida es una ruleta y todo da vueltas.

Uno siempre regresa al comienzo, cuando una historia termina.

Rid Zhely ㅡ Árbol sin hojas.

En algún lugar de mi mente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora