Capítulo 1.
Hokuto Mishima, un chico humano de 13 años vivía una vida normal, bueno, no tan normal, cuando tenía 10 años, perdió a sus padres en un accidente en la carretera dejándolo huérfano, luego de ese accidente, conoció a Ophis, la Diosa Dragona del Infinito, suena estúpido, pero así fue, el chico se había enamorado de la Diosa inexpresiva y ahora después de mucho rogarle, era su novio, como Hokuto estaba en esa relación, el sabía sobre el mundo sobrenatural, los Angeles, Angeles Caídos y los Demonios, además de otras facciones menores, ahora mismo el chico se encontraba en su ciudad natal, Kuoh, con una mirada fría y sin emociones, te preguntarás, que le ha pasado, si era el novio de una diosa, no se supone que debería estar saltando de felicidad, pues bien, todo se remonta a algunos días anteriores.
Flashback...
El chico se encontraba felizmente en su casa, preparando un regalo para su novia Ophis, Hokuto podía ir a la Brecha Dimensional con la ayuda de un dispositivo que Ophis le había dado, una vez dentro de ese lugar, el chico fue atado por unas cadenas que no sabía de donde provenían, después de unos segundos, frente a él, apareció un hombre pelirrojo, con una sonrisa arrogante, así que este es el humano con el que estás, Ophis, dijo el hombre con un tono burlón, así es, pero ya me aburrí de el, que tal si le demuestras lo que es un verdadero Dios Dragón, dijo Ophis en un tono lujurioso, Hokuto no sabía lo que estaba pasando, el simplemente había venido para regalarle a su novia un precioso anillo que había comprado con mucho esfuerzo, el hombre golpeo brutalmente a Hokuto, sangre salía de su boca y nariz, después lo apuñaló con extrañas luces que parecían hojas de espadas, era un milagro que el chico siguiera consciente, después de eso, el hombre empezó a tener relaciones sexuales con Ophis, enfrente de los destrozados ojos de Hokuto, quien no podía hacer más que llorar al ver a la persona que más amó, engañandolo con otro y gritando a los cuatro vientos por más, después de varias horas de tortura mental para el pobre chico, el hombre se alejó de Ophis quien tenía una sonrisa de satisfacción al ver el rostro dolido de Hokuto, el hombre tomo del cabello a Hokuto haciendo que lo viera a los ojos, esto te pasa por meterte con la propiedad de un Dios, dijo el hombre arrogantemente deshaciendo las cadenas, dejando que Hokuto cayera al suelo invisible del lugar, lo que sucedió luego, sorprendió a ambos Dragones, el chico se levantó, pero no decía nada, era como si se hubiera levantado por mero instinto, así que aún te quedan fuerzas, que más da, eres solo una basura, dijo el hombre mientras iba a golpear a Hokuto con todo su poder para asesinarlo, pero el chico, aún sin levantar la mirada, detuvo con un solo dedo el ataque del supuesto Dios, pero que demonios, exclamó el hombre tratando de golpear al chico, el cual solo esquivaba con extrema facilidad los golpes, era como si pudiera predecir el momento exacto y el lugar donde impactará el golpe, pero que está pasando, preguntó el hombre cansado, el chico lentamente levantó la mirada, ambos Dragones pudieron ver cómo un aura de color blanco con pequeñas partículas azules emanaba del chico que torturaron física y mentalmente, su cabello se erizó un poco hacia arriba, sus ojos habían pasado de ese alegre amarillo de siempre a un gris frío y oscuro, esa mirada les dió temor a los dos Dioses, que eres tú, preguntó Ophis asustada ya que su pequeño juego pudo haber despertado algo que podría matarla en segundos, después de todo lo que hice por ti, todos los días que me pase explicándole lo que era el amor, los sentimientos, las citas, los regalos, las sonrisas que te di, así me pagas, jugando conmigo por mera diversión creyéndose que no haría nada en contra, dijo Hokuto con una voz más tenebrosa de lo normal, Ophis no sabía que decir ya esas palabras eran ciertas, y eso que tiene, son cosas sin valor, yo le doy lo que necesita, placer de un verdadero Dragón, algo que tú en tu pequeña vida podrías lograr, exclamó el hombre con una sonrisa arrogante, el chico solo volteó su mirada a aquel hombre, luego desapareció, apareciendo detrás del pelirrojo, un segundo después, el hombre recibió una gran andanada de golpes de la nada, dejándolo en el suelo adolorido, eres una basura a comparación conmigo ahora, tú no eres un Dios, simplemente un fanfarrón con un pequeño poder más alto de lo normal, me importa poco lo que hagas con la perra del Infinito, espero que sean felices, después de todo, basura atrae a más basura, dijo Hokuto lanzando una esfera amarilla de energía, creando una grieta para volver al mundo humano, que demonios he hecho, dijo Ophis corriendo a donde estaba el hombre aún adolorido, creo que he metido la pata muy hondo Red, dijo Ophis nerviosa, así es, ese chico, no es normal, creo que hemos despertado algo que no debía ser descubierto, no soy rival para el, solo espero y con el tiempo se olvide de lo que le hemos hecho, porque si no, es mejor darnos por muertos, Ophis, dijo Red mientras la Dragona curaba sus heridas.
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El Renacimiento del Egoista
FantasySolo disfruten de esta pequeña historia sin sentido...