Con cada día que pasaba, la ausencia del doctor era más evidente. Trabajaba por las mañanas, por las tardes se la pasaba con su nueva novia y hasta altas horas de la noche se atrevía a llegar al departamento, e inclusive, en ocasiones ni siquiera iba ahí a dormir.
Al punto de vista del rizado detective, los sentimientos por esa mujer de nombre... ¿Samantha?, ¿Mandy?, ¿Stephanie?, ¿Kelly?... ¡bah!, no importaba cuál fuese su nombre, el resultado era el mismo; los sentimientos por esa mujer estaban consumiendo a Watson.
Había dejado de lado los casos que resolvía junto a Holmes, y aunque no lo demostrara, este último lo resentía.
Una tarde en la cual, como ya era costumbre, Sherlock tocaba melancólicamente el violín, dicho tema tuvo que tocarse por la fuerza.
—Voy a quedarme en casa de mi novia esta noche —avisó un muy bien arreglado doctor Watson.
—Vaya novedad —expresó con sarcasmo el más alto.
—Entonces... ¿estarás bien con eso?
—Por favor, John, el último mes he resuelto los casos yo solo y me las he arreglado para sobrevivir en este apartamento aguantando los comentarios de la señora Hudson, no creo que una noche más sin tu presencia vaya a matarme.
—Entonces estarás bien, supongo —murmuró con algo de confusión.
Y una vez que quedó aclarado aquello, el médico salió del lugar rumbo a la dirección ya antes dicha.
A la mañana siguiente, el rubio regresó al 221B de la calle Baker, encontrándose con un rizado detective acostado, o mejor dicho, "enroscado", en su sillón individual. Su vista estaba fija en algún punto equis de la cocina.
—Uhm... ¿has dormido? —cuestionó el médico para romper el hielo, a lo que el contrario emitió un sonido de negación.
—Ella solo busca una aventura —comentó el más alto luego de una pausa. Aún mantenía su vista en la cocina.
—¡¿Por qué demonios tienes que decirlo?! —se quejó, a lo que Sherlock tan solo se encogió de hombros con indiferencia— ¿De verdad te importa tanto con quién salga?
—Me importa si veo que es una oportunista, alguien que solo busca una aventura y alguien que está casada, además.
—¡Yo ni siquiera sabía que era casada...
—Claro que no lo sabías.
—No interrumpas —sentenció con molestia—. ¡Yo ni siquiera lo sabía, y de pronto llegas, y dices esas cosas que sé que son ciertas, para desilusionarme!
—Lo siento por decir eso, no sabía que te habías enamorado de ella —decía con sarcasmo—. Mi culpa, lo siento, eso no lo pude deducir.
—Eres un maldito idiota.
—Y te salvé de una pelea cuando te enteraras que tiene esposo; de nada.
—¿Qué acaso no tienes cosas más importantes por hacer? ¿Lestrade no te ha dado casos?
—Ahora que lo mencionas, acabo de recordar que sí —seguía respondiendo con un tono burlesco—. Andando, John, tenemos casos por resolver.
—¡No! ¡Tú tienes casos por resolver! ¡Solo querías que terminara mi relación para poder ayudarte con los casos!
—Me sorprende la rapidez con la que tus habilidades de deducción crecen; serán muy útiles para los casos que me dio Lestrade. Pero eso sí, es verdad que tu ex novia es casada.
—¡Eres un egoísta! ¡Un desgraciado egoísta que cree que todo gira alrededor de sí mismo! —vociferaba el iracundo médico— ¡Eso es lo que eres!
—Y gracias a mi egoísmo te salvé, John —gruñó entre dientes.
—¡No lo hiciste porque te naciera hacerlo, lo hiciste porque necesitabas a alguien que te acompañara a todas tus estúpidas escenas del crimen! ¡Lo hiciste porque necesitabas a alguien a quien demostrarle tus capacidades deductivas, alguien con quien hacerte el listo!
—¡También necesitaba una segunda opinión, un segundo punto de vista!
—Por favor, Sherlock, ¡jamás tomas en cuenta esa maldita segunda opinión!
—No seas tan duro contigo mismo. Sabes que aprecio tus pequeñas contribuciones.
—Podrás ser muy listo, Sherlock, pero en el fondo eres un completo imbécil.
—Te recuerdo que te salvé.
—¿Me salvaste? ¿Esa es tu excusa? No, no, no quieras evadir el hecho de que eres un bastardo egoísta.
—¡Lo hice porque te distanciaste, ¿bien?!
Esto último había logrado que el rubio cesara sus comentarios llenos de molestia para prestar atención a lo que su compañero confesaba.
—John, sé que soy un egoísta, que no soy amable, sé que no estoy libre de culpas... pero me mantengo cuerdo porque tú estás, y en este último mes no he logrado estabilizarme. John, tú nunca has visto un "yo" solitario, en absoluto.
Ante esto, el doctor Watson se quedó congelado, mirando cómo su amigo abría sus sentimientos ante él. Los hipnotizantes ojos de Holmes estaban vidriosos, y esta vez no parecía que fuese una de sus múltiples actuaciones.
—Sí, John, es raro ir solo a una escena del crimen y que todos me miren cuando hablo conmigo mismo, pero es más raro no tener un... un compañero.
—Sherlock, espero que no estés actuando todo esto, porque si lo estás haciendo, juro que te daré una paliza —pronunció el mayor con incredulidad.
—¿Te parece que estoy actuando? Sabes que no es lo mío abrirme de esta manera... sabes que no es lo mío el "abrirme" en general, ¿por qué habría de estar fingiendo? —contestó en un tono de voz bajo, aunque lo suficientemente audible.
—Yo... lo siento. No creí que te afectara el hecho de que saliera con alguien —fue lo único que atinó a decir el médico.
—No lo creíste porque, como siempre, John, tú ves, pero no observas.
—¿Y qué fue lo que no observé, Sherlock?
—Que sin ti no soy nada. Sin ti no soy nada en absoluto —murmuró el detective, agachando la vista.
El rubio se acercó hacia su amigo, se puso en cuclillas y colocó su mano zurda en una rodilla de Holmes.
—Sin mí, sigues siendo un excelente detective, Sherlock. Sin mí, sigues siendo una gran persona —susurró a escasos centímetros del rostro del aludido—. No necesitas de mí para ser "alguien".
—Pero, aún así prefiero tenerte cerca.
—Y yo prefiero estar cerca —complementó el de menor estatura, justo para después abalanzarse hacia el frente, uniendo sus labios con los del pelinegro en un beso corto.
—No vuelvas a dejarme así, John —pidió el rizado.
—No lo haré —aseguró—. ¿Qué sería de Sherlock Holmes sin John Watson y qué sería de John Watson sin Sherlock Holmes?
—Estaría perdido sin mi blogger —dijo el detective regalándole una sonrisa a su amado.
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Buenas.Una vez más le agradezco a usted, querido lector. Le agradezco por tomarse el tiempo de leer este one-shot, y si tuvo la amabilidad de dejar una estrellini y/o comentarios.
También, una vez más me baso en canciones para escribir. En esta ocasión me inspiré con Without You I'm Nothing de Placebo.
Espero que les haya gustado aunque sea un poquito.
Hasta la próxima y gracias de nuevo.
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Without You I'm Nothing. 》Johnlock
Fanfiction¿Qué sería de Sherlock Holmes sin John Watson y qué sería de John Watson sin Sherlock Holmes?