Atrayendo problemas...

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*Habla Lori

Por fin llegó el día. Me escondí detrás de una columna para darle una sorpresa.
Le vi venir y preguntar a Pat donde estaba yo, mientras ella hizo un gesto con la cara diciéndole
que no. No podía aguantar más. Me acerqué por detrás y le abracé muy fuerte. Él no se lo esperaba y se giró extrañado, al verme me cogió en brazos y nos besamos con tantas ganas...

Alex regresó a su casa con Pat y yo fui con Marco a la suya. Venía muy cansado del viaje así que le preparé un baño lleno de espuma en esa enorme bañera

que tenía mientras él dejaba las maletas y guardaba algunas cosas. Una vez todo listo, me quite la ropa, me lié una toalla al cuerpo y abrí la puerta del baño...

Lori: ¿vienes?

Marco se giró todo embobado... y sonriendo asintió con la cabeza.
Entró y mientras él se quitaba la ropa yo me deshice de la toalla y me metí en la bañera cosa que él
no tardó en hacer.
Se tumbó en el otro extremo de modo que me acerqué para enjabonarle un poco... me senté sobre él y comencé a masajerale los hombros... brazos... cogí una esponja, la sumergí para llenarla de agua caliente y dejar caer esta misma sobre su pecho... sabía que
él estaba calentandose cuando en ese momento me empieza a acariciar la cara... nos miramos sonriendo‐ nos y él me lleva con la mano que me acariciaba hasta acercarme a sus labios para basarnos. A continuación me agarra de las nalgas para frotarme contra él. Del movimiento el agua salía por todas partes pero no

podíamos parar. Estábamos muy calientes y decidí meterla dentro de mí. Tenia tantas ganas de volver a sentirle y hacía muchos días que no estábamos juntos. Sabía que esto iba a durar poco, no parabamos de gemir mientras me agarraba muy fuerte balancean‐ dome sobre él. Teníamos tantas ganas contenidas de sentirnos el uno al otro que no tardaron en salir...
Me quedé tumbada sobre él con la cabeza apoyada en su hombro mientras notabamos nuestras respiraciones agitadas al terminar... Marco giró la cabeza para susurrarme un te quiero...
Yo me incorporé para mirarle...

Lori: te he echado mucho de menos... No quiero
que te vayas más.
Marco: y yo a ti... pero ahora tenemos un tiempo
para descansar y estar juntos después de toda la promoción de la serie que hemos hecho.

Le miré toda feliz dándole un beso. Cuando quisimos salir de ahí nos dimos cuenta que estaba todo el suelo lleno de agua, la que habíamos liado en un momento... Él se fue a dormir un rato y yo me quedé recogiendo todo. A la noche salimos los 4 a cenar a un sitio que habíamos descubierto y queriamos llevarlos nosotras esta vez. La noche transcurrió tranquila exceptuando la broma de mal gusto que me gastó Marco montando una escenita como si me fuese a pedir matrimonio... lo iba a matar...
Al día siguiente fuimos todos a entrenar al gimnasio y el entrenador nos comentó que esa noche había una velada de boxeo muy buena por si queríamos ir con él, a lo que decidimos ir todos.
Pues bien, por la tarde terminamos de entrenar y cada uno fue a su casa para ducharse y arreglarse para
ir a la velada de boxeo.
Pat y yo cenamos algo rápido y nos arreglamos para salir. Habíamos quedado todos directamente en el gimnasio donde se iba a celebrar dicha velada, y como siempre ya estaban ellos allí esperandonos. Poco más tarde llegó el entrenador y entramos todos juntos, la verdad que teníamos sillas de ring por lo que era un buen sitio para ver las peleas bien cerquita.

Transcurrió la velada muy entretenida hasta que llegó el siguiente combate. Conocíamos a uno de los boxeadores que casualmente era amigo de nuestro entrenador. Él era Paulie, le habíamos conocido meses antes de venir aqui y la verdad que habia sentido cosas por él pero nunca habiamos tenido nada ni él se podia inaginar nada. Me puse un poco nerviosa por la situación y le dije a Pat que no contase que le conocía‐ mos, no quería pasar por un interrogatorio. Terminó su combate que acabó ganando y al bajar del ring pude relajarme para seguir viendo la velada tranquilamente. Poco antes de terminar nuestro entrenador hizo un gesto con la mano llamando a alguien y ese alguien era Paulie... en ese momento pensé... ¡mierda! Pat que sabia todo lo que me rondaba en la cabeza me miró medio riendose medio compadeciendose de mi mientras él se acercaba para saludar.
Yo no sabía dónde meterme, si irme de allí o que hacer, pero ya era tarde...
Llegó hasta nosotros saludando primero a nuestro entrenador, el cual hizo las presentaciones, primero le presentó a los chicos y después a nosotras, él
se quedó sorprendido de vernos allí y nos saludó cariñosamente.

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