Capítulo 44

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CAPÍTULO 44






Interpuse los puños en medio de mi cuerpo y el de ese chico. Lo empujé con furia hacia atrás logrando que su rostro formara una extraña mueca. Lo miré con las cejas unidas casi en una sola, apreté los puños y estuve a punto de golpearlo en la mañana hasta que recordé mi matrícula condicional y lo que sucedería si llegaba a golpearlo.

— ¡Si tan solo pudiera golpearte! —dije mirándolo con furia observándolo con una mirada asesina.

Esbozó una sonrisa. Me di media vuelta y desaparecí por la entrada.

Mis ojos observaron cada lado del pasillo en busca de él, sin embargo, había desaparecido. Preocupado me guie hacia la entrada y esperé verlo ahí fuera pero sencillamente parecía que se lo había tragado la tierra. Di un paso y estuve a punto de regresar cuando su voz detrás de mí erizó todos y cada uno de los vellos de mi cuerpo.

—Parece que soy un juego nada más —giré sobre mis pies. Estaba parado a un lado de la puerta de brazos cruzados. Su rostro apuntaba al suelo y sus ojos permanecían cerrados en una extraña expresión de relajo.

—Ben, el chico me besó a la fuerza —di un paso hacia delante.

Sus ojos se elevaron y me vieron directamente. Temí por mi seguridad pero enseguida me di cuenta que el temor era de perderlo en este momento.

—Parecía que lo disfrutabas, ni siquiera te inmutaste a golpearlo.

—Estaba tratando de quitármelo de encima. Me tenía presionado, fue de repente. Yo ni siquiera quería. Tenía una extraña fantasía sexual conmigo y tenía que ver también contigo —Ben soltó un bufido.

—Si claro —dijo tras una mofa.

—Ben ¿Enserio no ha sido suficiente todo lo que he demostrado en cuanto a lo que siento por ti? —pregunté con el ceño fruncido. Sus ojos se posaron en mí con frialdad pero con comprensión—. ¿Crees que si fueras un simple juego para mí me habría quedado aún después del golpe que me diste y la manera en que me trataste? ¿Crees que si fueras un juego para mí te habría confesado tantas cosas cuando ganamos ese partido? Maldición ¡Crees que si fueras un juego para mí te habría perdonado por lo que me hiciste! —a este punto ya había levantado la voz y tenía los ojos cerrados. Mis puños estaban apretados con fuerza a los costados de mi cuerpo.

Sentí que algo se atravesó en la luz que me llegaba directo a la cara por lo que tuve que abrir los ojos. En ese momento sentí algo cálido tomar mis manos, Ben estaba frente a mí. Sus ojos estaban mirando al suelo y debido a que éramos de casi la misma estatura no pude ver qué expresión tenía en sus ojos.

—Tienes razón... —dijo con tristeza. Su voz se fue apagando. Apretó mis manos con gentileza y después acercó su cabeza a mí. Apoyó la frente en mi hombro, sus manos se separaron de las mías y sus brazos rodearon mi espalda—. Tomas, perdóname por haber dudado de ti —apretó con suavidad mi cuerpo al suyo.

Mamá, Soy Gay [MSG #1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora