Zabdiel, Te Quiero|Capítulo 43|

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Desde que llegamos a este paraíso me he olvidado de todo, el engaño de Sebastián, de mis hermanos e inclusive de mi mamá. Sé que debe de estar, aunque sea, un poco preocupada. El recado de Zabdiel debió de funcionar en algo ¿no?

Regresamos a la cabaña, el hambre nos estaba matando a los dos. Cuando abrió la puerta me dio el pase a mí primero, así que fui a la habitación que Zabdiel me había dicho era la de su mamá, cheque mi celular, tenía varias llamadas perdidas, entre ellas 3 de mi mamá, 2 de Chris y Jonathan, y una de la persona de la que ya no quería saber nada: Sebastián.

Le mandé un mensaje a mi mamá; Estoy bien, salí con Zabdi a arreglar algunas cosas, no puedo contestar las llamadas ni los mensajes. Te amo. 

Dejé el celular de dónde lo había agarrado, agarré un short de mezclilla que había traído para cambiarme, una ombliguera color blanco, mi ropa interior y fui al baño para bañarme y cambiarme.

Después de 15 minutos salí ya cambiada, me quita la toalla de la cabeza y cepille mi cabello, por lo regular utilizo secadora, pero esta vez no.

—Que rico huele Zab ¿Qué haces?

—Lasaña, de la que solía hacerme mi mamá. Encontré la receta en uno de los cajones, y como traíamos todos los ingredientes, pues decidí hacerla.

—Entonces, si es receta de tu mamá, me imagino que cocinaba demasiado bien

—Demasiado bien, eso te lo puedo asegurar

Después de esa pequeña charla le ayude en lo que él me pedía, la lasaña tardo 20 minutos aproximadamente, después nos dispusimos a comer y a platicar, aunque después las cosas se salieron un poquito de control.

—¿Te ayudo a lavar los platos?

—No _____, lo hago yo

—Pero quiero ayudar, aunque sea, dejame ayudarte a secarlos

—Bueno, está bien. Vamos a la cocina.

Fuimos a la cocina, cada quien con lo que habíamos ocupado. Pusimos los platos en el fregadero, mientras él lavaba, yo secaba...

—Hey Zab

—Dime ___

—Gracias, gracias por, distraerme de mi mal rato. Y, perdonarme...

Mojé mi mano y le avente el agua a la cara, cosa que claramente no se esperaba.

—Bien, ahora perdóname tú

No entendí, hasta que hizo lo mismo que hice yo. Así empezamos otras mini guerra, corrí hasta la sala para librarme, pero no pude, caí en el sillón para tres personas en la sala, y él arriba mío, sin dejar caer todo su peso,

—_____ lo del beso de anoche, yo...

—No digas nada, no fue un error, yo no lo siento así.

—¿Me quieres?

Si tan sólo supiera desde cuando lo quiero.

—Zabdi, estoy súper segura que es así

Ya no dije más, lo besé. Realmente necesitaba hacerlo, lo anhelaba.

Los besos fueron aumentando de temperatura, así que él se levantó y me ayudó a levantarme a mí del sillón. Me cargo como si fuésemos recién casados, me besó de nueva cuenta, y así caminó hasta la que es su habitación. Cuando llegamos abrió la puerta con mi ayuda, caminó hasta su cama y me recostó sobre ella, el calor se intensificó, sus labios dejaron mi boca y fueron dejando un camino de besos hasta mi cuello, haciendo que mi cuerpo se estremeciera

—Za-Zab

Mencioné, con una dificultad increíble

—¿Qué pasa princesa?

Pude notar que ya traía un notable bulto entre sus piernas.

—Yo, soy virgen

Y no lo niego, me avergoncé de eso y tape mi rostro con mis manos, pero él me obligó a quitarlas de ahí

—Hey, siempre lo supe, de igual manera no tienes por que avergonzarte de eso. Para mí es súper valioso saber que seré tu primera vez.

No puedo ocultarlo ni negarlo, ese detalle se me hizo súper tierno de su parte, así que sólo le sonrei y dejé que continuara.

La ropa fue desapareciendo poco a poco, y cuando ya estábamos como Dios nos trajo al mundo se detuvo un momento y me observo completamente acariciando mi mejilla

—Eres muy hermosa _____, y si para Sebastián no fuiste suficiente, entonces es un idiota, por que para mí eres mucho más que eso.

Y lo besé, ¿por qué no llegó antes a mi vida?

—¿Estás lista?

Asenti, se acomodó, fue entrando lentamente, mi reacción a eso fue clavar mis manos y uñas en su espalda. De ahí en adelante sólo fueron caricias, besos y amor.

Sí, me entregué a él, y de la manera en la que uno se entrega por amor.

No, no estoy despechada. Simplemente creí en alguien y en algo que era lo que me hizo creer. Realmente no sé el por que le dije a Sebastián que sí quería ser su novia si ni siquiera estaba segura de aquella decisión. Y tampoco lo quiero ahora.

Después de que llegar al climax ambos nos acostamos, yo abrazándolo a él (re cliché esta parte :v) y él acariciando mi cabello, hasta que alcé la mirada

—Zabdiel, te quiero.

***

Ay, no sé ustedes, pero a mí, por más cliché que sea :v, me encantó el capítulo. Dejenme sus opiniones en los comentarios y en las estrellitas *-* 

Me mataaaaaan después, pero estaba arreglando los últimos detalles para mi graduación, que es este viernes 13 de julio, así que, estuve ocupada desde finales de junio, por eso no actualizaba. 

Las amo, nos leemos luego. 

Mi Platónico, Mi Hermanastro |Zabdiel De Jesús|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora