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I

—He estado pensando que podemos hacer para la fiesta de tú hermano, Hye. Será algo divertido.

—¿Tú crees? Estoy convencida de que será algo fabuloso.—moví la fresa en mi plato—de todas maneras, no haremos algo grande ¿o sí?

—Yo realmente...—dejó la jarra en la mesa y miro a papá.

Mi padre dio una mirada severa y ambas supimos que significaba. La sonrisa en la cara de mi hermano se perdió y aquello me entristeció más.

—Iseul, no creo que tengamos el dinero ahora para celebrar los 10 de Baek.—suspiró—con esto de cambio de preparatoria de Hye y los arreglos en la casa de mis padres, no nos alcanza ni para pizza los viernes.

—Papá, entiendo que el cambio de mi preparatoria sea un tanto costoso, pero no considero justo que por cul-

—He dicho que no, Hye. Baek, recoje tus cosas, en cinco minutos nos vamos.

Suspiré y subí a mi cuarto. Desde que nos mudamos a este pequeño pueblo tradicional, la situación en mi familia ha sido más o menos igual de aburrida que antes.
No había tiempo para nada y yo sólo esperaba encontrar aquella diversión en la antigua preparatoria.

II

—Adiós Hye, nos encontramos en casa, por favor no llegues tarde.

—Nunca lo hago—murmuré.

La preparatoria Hanok era considerablemente grande. Y cómo no, sí la mayoría de adolescentes de este pueblo y 3 o 4 pueblos más cercanos estudiaban aquí.
La estructura de extendía tanto larga como ancha, era impresionante lo tradicional y elegante que se veía.
Di un largo suspiro y pensé: pasaré aquí dos largos años de mi vida, espero no amargarme.
Mi primera pisada en la institución fue caótica, sentí que todo mi cuerpo se retorcía en un sentimiento inexplicable. En el momento no supe si era de euforia o de incertidumbre.
Quite algunos mechones que cubrían mi vista, y puse mi mejor sonrisa. Tenía que dar una buena impresión.

Al ser el primer día entendí que no era la única en aquella situación, y que por lo tanto no tenía nada por lo cuál preocuparme. Intenté bajar un poco de aquella incómoda falda y me dirigí hacía dónde todos iban.

La auditoría era del tamaño justo para mínimo dos mil estudiantes, costaba con instalaciones modernas y con sillas acolchadas, era todo un teatro.
Bajo la suela de mis zapatos pude sentir la alfombra, y al mirar hacia allí vi lo limpio que estaba.

—Estás en la mitad.

Abrí mis ojos sorprendida y alce mi mirada hacía el dueño de aquella voz.
Todo su semblante era digno de admirar, desprendía una belleza inigualable, sus facciones eran tan perfectas y simétricas y su cuerpo y contextura eran acordes a todo su ser.
¿De qué cielo habrá caído?

—Sigues en la mitad, amor.

¡Dios! ¿Cuántos minutos me habré quedado mirándolo? Que vergüenza.

—Sí, disculpa.

Me senté en la silla que estaba detrás de mis piernas, y el siguió derecho por la hilera de sillas.
¡Uf!, vaya proporciones.


—Te he visto—susurraron en mi oído.

—¡Ay Dios mío!—me exalte—¿De qué hablas? No he visto nada.

—Te vi echándole ojitos al bombón de Jeongguk

—Y-Yo...

—Silencio linda, no le diré a nadie qué has dicho acerca de su trasero.

—¿Q-qué...?

¡Bienvenidos sean estudiantes a un nuevo año escolar! Este año estará lleno de sorpresas, con un nuevo director en el equipo administrativo y nuevas alfombras en el salón de danza, ¡qué novedad!
Este 2013 lo disfrutaremos e intentaremos, por fin, ganar las competiciones de provincia. ¡Un saludo a todos nuestros deportistas...!

III

—Parece que estaremos en el mismo salón, interesante ¿no crees?—alzó ambas cejas y luego guiño un ojo—Hasta este punto, no tengo ni idea de cómo te llamas. Permíteme presentarme, me llamo Park Jimin y tengo dieciocho años—abrí mi boca ligeramente—lo sé linda, no hagas ningún alboroto, he perdido un año.

Se hizo un silencio incómodo. Entonces el extraño, ahora Jimin, hizo un ademán con sus manos indicando que seguía yo.

—A-ah, sí. Me llamo Kim Hye, y tengo dieciséis años. Vengo de Seúl.—Jimin al momento de escuchar mi edad volvió a alzar sus cejas.

—¿Qué?—pregunté en total confusión.

—¿Eres un tipo de nerd o...?

Fruncí el ceño.

—¿A qué viene eso?

—¿Cómo es posible que tengas dieciséis y estés a un año de graduarte?

—No le encuentro el problema, Jimi-

Oppa.

—¿Eh?

—Llámame oppa.

—¿Qué? No te llamaré oppa.

—Sí que lo harás Hye, no seas irrespetuosa.

—No—Me acomodé recta en la silla y alce mi mentón.

—Está bien, lo dejaré pasar porque eres de Seúl.

—¿Qué tiene que sea de seú-

De pie, estudiantes.

Jimin y yo los levantamos de nuestros respectivos puestos e hicimos una ovación.

—A partir de ahora soy el profesor Lee, y haré su vida imposible todo este año escolar.

Tragué saliva.
Dios, en qué lío me había metido.

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⏰ Última actualización: Jun 27, 2018 ⏰

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