Hoy te vi después de casi seis años, lucías hermosa como siempre, estabas con tu novio, o eso creía hasta que te acercaste a pedir tus palomitas.
-¿Con mantequilla extra y refresco de cola para la señorita?- dije seguro.
Tu sólo asentiste sonriendo, sabía que estabas impresionada porque adivinara tu orden, pero no lo hice. Simplemente sabía que querías.
Él sostenía una crepa y un frapuccino, me miró amenazante, pero no me importó. Te hice sonreír, te hice sonreír y no lo podía creer.
Tomaste tu pedido y lo colocaste sobre el mostrador, y al momento de pagar fue cuando lo supe. Vi una sortija en tu dedo anular, él no era tu novio. Era tu prometido. Sentí mi corazón quebrarse en mil pedazos, sentía impotencia, quería decir tantas cosas, pero sobre todo quería preguntarte ¿Me recuerdas?
Recuérdame.