Media hora más tarde, ambos se hallaban metidos en las aguas cálidas de los baños termales. Yuuri, sin embargo, se había apartado de él y tenía la mirada gacha, aparentemente cohibido, y con las mejillas rojizas (Aunque no sabía si esto se debía al calor o a algo más). Yuri sabía que intentar realizar un movimiento repentino sería inútil, pues su amado tenía la guardia en alto, y tampoco deseaba incomodarlo. Su primer objetivo era conseguir que Yuuri se sintiera cómodo junto a él, seguro incluso, y nada ganaría perdiendo su confianza con movimientos innecesarios. El tablero estaba puesto, así que debía ser inteligente y saber cómo emplear las piezas.
— Oye —lo llamó desde el otro lado. Guardó silencio por un par de segundos y, al fin, decidió preguntar—: ¿Cómo se te propuso Viktor?
Yuuri lo miró. Parecía sopesar la respuesta, como si temiera caer en una trampa, pero finalmente decidió exponer un breve resumen de lo sucedido:
— Estábamos contemplando el paisaje de la ciudad desde el mirador, pero repentinamente tomó mi mano, se puso de rodillas, y me pidió matrimonio —una pequeña sonrisa iluminó la expresión de Yuuri.
Yuri bufó.
— Cliché —Si hubiera sido él, definitivamente habría hecho algo más llamativo, algo que conmovería a Yuuri hasta las lágrimas, y lo recordaría en años posteriores con una sonrisa mucho más notoria y cargada de felicidad—. ¿Y bien? ¿Eso fue todo?
— Luego fuimos a comer unos tazones de cerdo en un restaurante cerca de la playa, pero debo decir que nada se compara a los que prepara mi mamá.
Yuri frunció el ceño, y suspiró.
Absurdo.
Viktor lo decepcionaba. ¿No podía ser un poco más original? Luego de tantas competencias ganadas, y haberse creado fama tanto en Rusia como en otros lugares, ¿No podía emplear algo más... llamativo? Debía admitir que se sentía un poco decepcionado, como si hubiera tenido altas expectativas y que luego, simplemente, se limitaran a pisotearlas.
No dijo nada más.
Decidió abandonar el baño poco después sin mediar palabra alguna. Instintivamente echó una mirada hacia atrás, y comprobó que el semblante de Yuuri se relajaba un poco, algo que lo puso de mal humor.
Ya era mitad de la noche cuando abandonó sus aposentos y se escabulló a los de Yuuri. Éste roncaba con suavidad, haciendo notar que se hallaba probablemente en su quinto sueño. Yuri elevó la manta que cubría al contrario, y se introdujo en silencio. Pasó un brazo alrededor de Yuuri, y sonrió con los ojos cerrados.
— Viktor... —murmuró Yuuri entre sueños—, déjame dormir tranquilo...
Yuri apretó los labios.
— No soy Viktor.
Yuuri se movió un poco hasta quedar hacia arriba, y abrió los ojos un poco, intentando enfocar a la persona que se había colado en su habitación. Balbuceó algo, y volvió a entregarse al sueño.
Yuri se sintió aliviado de que su querido Yuuri estuviera más dormido que despierto. Besó su mejilla, y susurró a su oído las siguientes palabras:
— Dulces sueños.
Yuuri sonrió sin ser consciente de la sorpresa que lo esperaba al día siguiente.
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Promesa de conquista
FanfictionTras cinco años, Yuri Plisetsky regresa a Japón con un único fin: Conquistar a Katsuki Yuuri.