Capitulo 30:

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Capítulo 30:

Subí las escaleras y me puse un cómodo suéter blanco, una camisa cuadrillé rojo, un short, unas medias de encaje suaves, y unos borcegos marrones.

Con mis dedos, acomodé mi pelo para que enmarcara mi rostro de la manera que aprendí a manejar mis rizos naturales y… tatán! Rizos algo decentes.

Me alejé del espejo para verme completa y pensé que me veía como un cruce entre descuidada y casi sexy.

Luego, quince minutos después, Catalina estaba con su automóvil al frente de la casa y sonó su bocina. 

― Voy a ir a Jalisco Seaport con Catalina ― le grité a Marta. ― Si mi mamá llama, se lo dejas saber.

Marta salió del tocador corriendo.

― ¿Vas a ir a Jalisco tan tarde?

― ¡Diviértete en tu reunión! ― Dije, escapando por la puerta antes de que ella pudiera protestar o llamar a mi mamá por el teléfono.

El cabello rojizo de Catalina estaba recogido en una cola de caballo alta, dejando caer sus grandes rizos. Aros dorados colgaban de sus orejas. Llevaba puesto labial rojo cereza y rímel negro.

― ¿Cómo lo haces?― Pregunté. ― Tuviste pocos minutos para estar lista, y siempre tardas más usualmente.

― Siempre estoy preparada ― Catalina sonrió de oreja a oreja. ― Soy el sueño de un Boy Scout.

Catalina me observó sorprendida.

― ¿Qué? ― Dije.

― Estoy realmente sorprendida.

― ¿Y, cómo luzco?

― Como si hubieras salido del ropero de una mujer con mucho estilo y con sentido para la nueva moda.

― Pero te falta un poco de maquillaje. ― dijo sacando un bolsito lleno de cosméticos.

― No lo quiero.

Catalina se quedó boquiabierta, mitad jugando y mitad en serio. 

― ¡Te sentirás desnuda si no lo usas!

― Suena como la manera en que tú quieres lucir ― dije.

Honestamente, detestaba un poco el maquillaje. No porque sí me sentía un poco desnuda, si no porque Liam había puesto en mi mente de no usar maquillaje.

En un esfuerzo para hacerme sentir mejor, me dije que mi dignidad no estaba en juego y tampoco mi orgullo. Me dieron una sugerencia y yo estaba dispuesta a cumplirla. Lo que no quería reconocer es que había escogido una noche en la que Liam no estaría. «No estaría ahí para aprobar o juzgar cómo luzco.»

Media hora después Catalina condujo hasta la entrada de Jalisco Seaport. Fuimos forzadas a estacionarnos en el lado más lejos del estacionamiento, debido al pesado tráfico.. El pueblo se encuentra justo en la costa, así que Jalisco no es conocido por su buen clima. Un suave viento había comenzado, haciendo que las bolsas de dulces se envolvieran alrededor de nuestros pies mientras Catalina y yo caminábamos hacia la entrada de Jalisco.

Hacía mucho que los árboles habían perdido sus hojas y las ramas amenazaban sobre nosotras, como dedos. Jalisco Seaport duraba todo el verano junto con un parque de diversiones, mascaradas, músicos gitanos y un espectáculo de fenómenos. Jamás podré estar segura si las deformidades humanas eran reales o si solo eran una ilusión.

― Un adulto, por favor ― le dije a la mujer de la ventanilla de entradas. Ella cogió mi dinero y deslizó bajo la ventanilla una banda para la muñeca. Luego sonrió, mostrando unos colmillos plásticos de vampiros, pintados con labial rojo.

― Que la pasen bien ―, dijo con una voz sin aliento. ― No olviden probar nuestra recién remodelada atracción ― Ella golpeó su lado del cristal, señalando a una pila de mapas del parque y volantes. Yo tomé uno de cada uno mientras caminaba hacia la entrada giratoria. El volante decía:

«¡La nueva sensación del Parque de Diversiones Jalisco! El Arcángel ¡Remodelado y Renovado! Cae del cielo en esta caída vertical de cien pies.»

Por encima de mi hombro, Catalina leyó el volante y sus uñas amenazaban con perforar la piel de mi brazo.

― ¡Tenemos que ir a eso!― Exclamó.

― Al último ― prometí, esperando que si íbamos primero a las otras atracciones, ella se olvidaría de esta.

Desde años no le he temido a las alturas, probablemente porque desde años he estado convenientemente evitándolas y no estaba segura si estaba lista para saber si el tiempo había borrado mi temor a ellas.

Después de montarnos en la estrella, en los autos chocadores, la Alfombra Mágica y jugar en los juegos de las casetas, Catalina y yo decidimos que era tiempo de buscar a Matt & Jason.

― Jmm ― dijo Catalina, mirando a todas partes del camino que cruzaba el parque. Ambas nos quedamos calladas pensando.

― En los videojuegos ― dije por último.

― Bien pensado.

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-A

Ángeles Caídos.. {Liam & Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora