Accidente en un abismo
Un matrimonio con su hijo pequeño viajaban de noche por una carretera prácticamente abandonada que servía de atajo para cruzar la montaña, sus continuas curvas, la estrechez de la calzada y la espesa niebla que cubría todo el trayecto hacía que aventurarse por ese camino al filo del abismo fuera realmente peligroso.
De improviso una mujer con la ropa ensangrentada se cruzó en la carretera obligando al padre de familia a frenar en seco, tras el susto el señor bajó del coche con la intención de ayudar a la mujer que muy alterada y llorando les explicó que había tenido un accidente y su coche había caído por el barranco.
La mujer le rogó que la ayudara ya que su bebé aún se encontraba en el vehículo atrapado entre unos hierros y ella era incapaz de sacarle de allí por si sola. La caída era de varias decenas de metros y aunque el coche había destruido parte de la vegetación, mientras rodaba montaña abajo, de no haberle avisado la mujer muy probablemente nadie hubiese encontrado al bebé nunca, mucho menos con esa niebla que impedía ver a mas de dos metros. El señor guiado por el llanto del niño consiguió llegar hasta el lugar del accidente.
Al rato subió muy nervioso con el bebé en brazos y le preguntó a su esposa dónde estaba la mujer. Esta le respondió que se había sentado en una piedra grande que había al lado de la carretera. Su hijo y ella se entretuvieron unos momentos mientras trataban de buscar señal para llamar a los equipos de emergencia pero cuando miraron ya no estaba.
Entonces el hombre se metió rápidamente en el coche con el bebé y le dijo a su mujer e hijo que hicieran lo mismo. Arrancó el coche y se fueron. Su mujer, muy asustada, le preguntó que por qué se iba con el bebé sin buscar antes a la mujer. El marido le dijo que se tranquilizara y que cuando llegaran a la próxima gasolinera le contaría.
Cuando llegaron, la mujer le pidió explicaciones al marido. Este le contestó que cuando bajó y encontró el vehículo accidentado vio a la mujer que les había dado el aviso muerta. Estaba muy fría y probablemente el accidente se había producido horas antes de que ellos pasaran por ese punto.
El espíritu de la mujer era el que le había pedido ayuda para que salvaran a su hijo.- Accidente En Un Abismo
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El carnicero
Ésta es una historia real. Algunos nombres y sucesos han sido reemplazados para proteger la identidad de sus víctimas. El único testigo de los hechos aquí descritos es una cámara de seguridad instalada en el lugar. La única sobreviviente está internada en un hospital psiquiátrico y jamás pronuncia una palabra.
Todo comenzó un otoño, cuando el frío de aquel entonces obligaba a todos a vestir muchos ropajes. La familia pasaba por algunos problemas económicos y de relaciones interpersonales, definitivamente no era el mejor momento de sus vidas. Un día, María, la esposa del carnicero, había adquirido un nuevo puesto en su trabajo; sin embargo, eso no traería más adelante las mejores noticias.
Su marido, un tipo sonso, era dueño de una carnicería en el barrio. Todo el mundo lo conocía como una persona tranquila, jamás discutía con nadie y atendía muy dichoso su local. Aunque estaban pasando por un mal momento, él siempre supo mantener una postura positiva.
El nuevo trabajo de María le significaba más horas fuera de casa y, por ende, más riesgos. Una oscura historia comenzó a tejerse en su vida cuando conoció al nuevo jefe a cargo suyo. Las interminables horas de trabajo culminaban, casi siempre, con salidas a moteles y mucho alcohol entre ambos.
Algunos vecinos de María siempre sospecharon de aquel tipo elegante que se las daba de empresario exitoso. Un día decidieron hablar con el carnicero, quien en un principio se mantuvo incrédulo frente a la situación; prefería que llegase el día en que tuviese pruebas concretas del engaño de su esposa. Hasta que ese día llegó.