En pecado - Larry Stylinson

416 19 9
                                    

Soy de aquellas personas que cuando caen profundamente dormido no hay poder humano que me levante. Después de un duro día de entrenamiento en gimnasia no podía mas, quería tomar una ducha y caer completamente rendido en los brazos de Morfeo. Cuando entré a casa, mis padres nos estaban, con una simple nota en la mesa me tranquilizan. “Cariño, llegaremos tarde. Tienes tu cena en el frigorífico. Te queremos papá y mamá.”

No lo puedo  evitar, sonrió cuando observo la nota, sinceramente quiero a esos dos. Contesto a mis últimos Whatsapp como todo buen adolescente de dieciséis años y caigo en una red de sueños y pensamientos que me sumergen al mundo del descanso. Me levanto sobre las dos de la madruga y voy al baño; paso por la habitación de mis padres pero aun no han llegado, es extraño pero el cansancio me puede. Fueron dos horas exactas cuando un fuerte sonido me despertó de un salto. El teléfono de la casa no paraba de sonar. ¿Quién demonios pueden llamar a un ser humano normal y corriente a las cuatro de la mañana? Bajó a la planta inferior y medio dormido descuelgo el teléfono.

“¿Diga?” – Sueno completamente estúpido. No tengo mis sentidos puestos en aquella llamada, solo quiero dormir, solo eso. La voz de un hombre el cual desconozco me trae de vuelta al mundo de los vivos y reaccionó cuando me realiza una pregunta en concreto.

“Por favor, ¿me podría comunicar con algún familiar de los señores Tomlinson?” – El tono de su voz no me transmite tranquilidad, siento como mis pulsaciones comienzan a aumentar sin razón lógica y mi boca tan solo se limita en responder – “Sí, soy su hijo. ¿Quién es?” – A partir de ese momento mi cabeza cae en un profundo vacio, no puedo reaccionar y las siguientes palabras suenan una y otra vez en mi subconsciente hasta que un profundo grito se hace presente en la soledad de mi casa.

“Le habla el inspector Arthur Connegan, lamento comunicarle esto, pero sus padres han tenido un accidente de tráfico y en estos momentos están siendo trasladados al Hospital Wellington.” – Por inercia mis dedos colgaron aquel teléfono y no sabía qué hacer, no podía reaccionar. Papá… Mamá…

Tan rápido como pude, subí a mi cuarto, cogí algo de dinero y llame un taxi. Aquellos diez minutos de trayecto fueron agonizantes. No quería pensar en nada, apenas llegue, le tire un par de billetes al conductor y salí corriendo hacia el interior de aquel sitio. Había mucho movimiento y en cuanto pude ver la figura de un médico le pregunte. Aun me cuestiono porque tuve que hacer esa maldita pregunta. Sus palabras desgarraron mi corazón, un órgano vital que aun todavía no se puede sanar.

“Lo siento mucho, intentamos hacer todo lo que pudimos, pero… Las heridas sufridas por ambos fueron imposibles de cesar. La mujer falleció inmediatamente en el acto y el caballero fue remitido de urgencia pero al poco de llegar también pereció.” – Un profundo nudo se instaló en mi garganta y las lágrimas comenzaron a emanar de mis ojos. – “Siento comunicarte esto, será mejor que llames a un familiar mayor de edad, no puedes estar solo.” – Me daba igual, no quería seguir viviendo sin ellos, no quería, eran mi puta vida y en tan solo cinco segundos un completo desconocido me comunicaba que mis padres me habían dejado completamente huérfano.

¿A quién llamo? Estoy solo. Mi familia materna no existe, mamá fue hija única como yo; y mis abuelos murieron cuando yo eran aun un bebé. Y la familia de mi padre… Esa familia realmente es molesta, mis abuelos paternos jamás llegaron a conocerme y sus dos hermanas Elisa y Melía realmente no tenían relación conmigo. La primera murió cuando yo cumplí los diez años víctima de un cáncer y la zorra de Melía, era solo eso, una maldita zorra interesada. Pero era mi única solución en estos momentos, no tenia mas tíos o mas primos, la ultima nunca se casó y por lo que respecta a Elisa sé que tenía un hijo, pero nunca supe nada más.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 25, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

En pecado - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora