¡Una ayuda para Emma! (SS#3)

11. "High School Musical."

Emma's P.O.V

Bitácora del día cinco de Junio.

Son las seis y media de la mañana y aun no hay señal de nuetro paradero, aun sigo atrapada en un pequeño objeto móvil en el que se encuentran cinco chicos que aparentan ser maduros ¿Sobreviviré a esta travesía? ¿O moriré de aburriendo sentada en este lugar?

— Emma, deja de imaginar que estas en una película de espias.— me dice Joshua mientras me mira divertido.

— ¡Yo no estoy haciendo eso!—miento mientras trato de poner mi cara más "inocente".

— ¿De verdad? ¿Entonces porque tenías la misma cara que siempre ponias cada vez que veíamos pequeños espías o jugabamos a ser uno?—me pregunta Ben uniéndose al grupo "vamos a hacer que Emma pase pena".

— Ay ya callate.—me quejo cuando ya no tengo con que más excusarme.— ¿Y si en vez de estar molestandome buscan donde queda la gasolinera más cercana?—les digo.

— No hace falta.— dice Mark cuando gira bruscamente entrendo a la gasolinera.

— Recuerdenme a la próxima que yo sea el que maneje.—se queja Ben.

Por favor.

Cuando Mark se estaciona en un puesto, todos salimos rápidamente inhalando el aire que no estuviera contaminado por los pedos de Joshua o los eructos de Ben.

Estiro mi espalda maldiciendo haberme quedado dormida en una mala posición.

— ¿Me recuerdan porque accedí a venir?—se queja Kaled mientras estira sus brazos.

— Venimos a apoyar sentimentalmente a Mark.—suelta Kol.

— Lo dicen como si no pudiera solo.—dice Mark.

— ¿Quieres que te recordemos cuando querías salir con Linda Parker?—dice Joshua divertido.

— Ibas a vomitar de nerviosismo.—digo divertida.

— Ya callense y muevan sus culos hacia dentro.—se queja Mark levemente sonrojado.

Entramos a la tienda de la gasolinera y lo primero que llega a mis rosas nasales es el delicioso olor del café, seguido a esto el olor de los crossant recien salidos golpeo mi sistema nasal y hace que mi estomago gruña.

He encontrado el paraíso.

Mark me empuja para que no me quede parada en la entrada y con rapidez me acerco a la parte en donde venden los crossant, un chico de cabello rubio y ojos azules se acerca a mi sonriente.

— Por la cara de felicidad que traes imagino que mueres de hambre.—dice divertido mientras le entrega el pedido a otra señora.

— Más de la que crees.—suelto divertida.

— ¿Que deseas, joven hambrienta que esta dispuesta a gastar cinco dólares en esto?—dice señalando los crossant.

Suelto una leve carcajada.

— Este.—señalo uno que se veía sumamente delicioso.

El rubio toma unas pinzas y saca este, lo  coloca en una bolsa y se acerca a la caja resgistradora.

— $3.50.—dice, frunzo el ceño mirándole sin entender.

— Me dijiste que costaba cinco dolares.—le digo, el se encoge de hombros.

— La señora que estaba antes de ti pagó de más, me dijo que me quedara con el resto, y como soy buen samaritano y por tu apareciencia comprendo que no eres de aquí, prefiero ser buena persona para así dejarles buena impresión a ti y a tus amigos sobre nuestra pequeña ciudad.—dice mientras apolla sus brazos en el mesón que se encuentra dividiendo la caja de la persona.— así que son tres cincuenta.