Hola me llamo Kayla. Soy una persona algo peculiar entre las demás personas. Mis rasgos son muy raros para la sociedad aunque tenga 15 años. De físico soy una chica normal sin ningún misterio, café con leche de piel, ojos claritos y pelo Castaño. Mi estilo no tengo estilo en sí, puedo tener varios estilos en una semana de vestir. Siempre procuro ser natural entre la gente ser yo misma aunque a mucha gente me mire mal, prefiero ser sincera desde un primer momento con mi personalidad porque para mí es algo muy fundamental para conocerse.
Mi vida cambió cuando me mudé a china, por desgracia mi idioma es muy diferente al chino por no decir que no se nada, a culpa de esto últimamente vivo sola de la vida con mis auriculares.
Entre a un instituto de solo chicas aquí son muy estrictos y siempre para ellos soy una chica con problemas. Mi madre me dice que haga amigas y que salga a la calle a vivir la vida. Pero lo que no sabe que me cuesta mucho relacionarme por qué al mudarme me apareció una ansiedad social que tengo que es fobia social. Siempre evitó contestar con frases largas y si lo hago las pienso mil veces antes de decirlas siempre intento contestar con un sí o un no. Se que no cuadra con los rasgos que tengo pero esa segunda persona que vive en mi la llamo Keyla. Keyla siempre trata evitar a la gente por el mero hecho de tener pánico a equivocarse al hacer algo que este mal y hacer el rediculo en público. Y Kayla es muy amigable por dentro pero no sé socializa porque Keyla la machaca la cabeza diciéndole que se equivocara en público y pasará mucha verguenza. Kayla al principio creía que todo era prisas para llegar puntual siempre a todos sitios y que por eso evitaba a la gente constantemente. Pero Kayla se fijo que era siempre que siempre que les hablaban sentía nervios en que contestarle, hoy cojio el autobús y tenía la tarjeta preparada y si no tenía pases tenía aparte el dinero preparado y con la frase preparada, Kayla se fue dando cuenta poco a poco que siempre pensaba en "¿que pasaría?" tenía miles de planes hechos para muchas cosas que podrían pasar que podrían ocurrir por qué si.+¿Y si se me desconectan los auriculares? Pensaba Kayla
-Tendría que pedir perdón a todos los del autobús y volverme a sentar. Pensaba Keyla
+Pero... ¿Y si al pedir perdón se me escapa un gallo? Pensaba Kayla
-Haría mucho el ridículo... Pensaba Keyla
+Podria... Agachar la cabeza ¿Y disimular?...
¿Se quedaria mirando la gente? Pensaba Kayla-Seguro que si... Pensaba Keyla
Entonces se paró el autobús y Kayla pudo subir y darle la tarjeta que si que tenía pases y se sentó a pensar lo mismo cambiando los planes...
+¿Y si alguien me dice que me calle? Pensaba Kayla
- Pues no podría subirme más a los autobuses. Pensaba Keyla
Y derrepente vino un plan que no estaba planeado un plan súper difícil una chica se sentó a su lado. Se le veía inteligente con su bufanda su té en la mano y sus gafas negras...
-Hola. Dijo chica cuyo nombre no se sabía
Mierda la voy a cagar una persona hablándome ¿tendré manchas en la cara? ¿Y si se toma mal mi saludo? ¿Y si piensa que no estoy bien de la cabeza? Pensaba todo el rato Keyla
- Hola quería sentarme aquí para mirar el paisaje de la ciudad me encanta fijarme en las luces me relajan...
+Si... Si... Siéntate si quieres no p-p-pa-pasa... Nada
La chica cuyo nombre no se sabía se sentó bebió un sorbo de su té y permaneció todo el viaje callada mirando la ciudad.
Después de días esa persona hacia la misma rutina de preguntarme si se podía sentar donde siempre y mirar lo de siempre con el té de siempre.
Siempre hacia lo de siempre día tras día me costaba menos contestarle que se sentara.
Un día la chica cuando se sentó después de preguntarme me habló y me dijo.
- Se desde el primer día que no querías que me sentara ni que te hablara para preguntarte, sentí en tu mirada una mirada calida pero con miedo a que pasará después , quería decirte que este sitio donde siempre me siento es donde se sentaba mi madre para ir a su trabajo y miro las luces por qué se que ella permanece en alguna brillando con su color y luz y el té que siempre tomó en sus días lo tomo yo en mis días . Se que no te importará mi historia pero la mirada que tú me reflejastes la sentía cuando mi madre me miró por última vez.
Simplemente en ese momento la Keyla que vivía en Kayla se apartó y dejó caer una lágrima en su rostro de Kayla.
Kayla simplemente se le cayó la lágrima y la abrazó sintió que desde ese día cambio algo en ella.