Capítulo 27

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Después de varias horas el doctor dijo que podían pasar a ver a su padre, Diana y Javier bastante entusiasmados entran a verlo, se demoraron bastante con él, lo que no es para nada raro, imagino que después de lo que pasó querían estar junto a su padre, ya es de madrugada y nosotras seguimos aquí, y digo nosotras porque tengo que tomar en en cuenta a la tal "zorra" que no sé exactamente el porque pero me ve demasiado de una forma muy incómoda, como si le estorbara que ambas estuviéramos en el mismo sitio.

Cuando Javier y Diana están de regreso parecen estar contentos, lo puedo ver en sus rostros la primera en acercarse a ellos es "la zorra"

-querido, ¿todo está bien? -se lanza a abrazarlo y al verla hacer eso siento furia dentro de mi cuerpo, pero no tengo que sentirme así, Javier y yo solamente nos hemos dado un beso que no significa nada.

-si todo bien -responde Javier y la separa de él antes que termine de abrazarlo. Observo en el rostro de Diana una sonrisa de satisfacción por la reacción de él quien en segundos camina rápidamente hacia mí, me rodea con sus brazos y me levanta del suelo dando conmigo entre sus brazos una vuelta.

-¡está bien, todo va a estar bien! -dice emocionado mientras lo hace.

-¿ves? te dije que lo iba a estar -le respondo sin evitar sonreír por esa reacción tan inesperada conmigo -pero ya bájame por favor -doy palmaditas en su hombro.

-estoy tan feliz de tenerte aquí conmigo, gracias por estar aquí -dice cuando en cuestión de segundos se acerca más a mí y me da un beso del que quiero resistirme pero es imposible y al final termino disfrutando, pero esa bonita sensación desaparece al recordar que hay varias personas a nuestro alrededor que vieron eso y me separo de él bastante apenada. A la primera que observo es a Diana, imaginé que estaría confundida por el beso pero ella está caminando por el pasillo y lleva tomada a esa chica del brazo, parece ser que discuten y las demás personas parecen estar en su mundo.

-Javier, no hagas eso hay personas cerca de nosotros -le digo.

-¿y eso qué? todos se enamoran alguna vez ¿no crees? -me dice desafiándome.

-¿cómo dijiste? -digo entorpecida por lo que dijo pero él solo sonríe.

-ya es hora de ir a descansar, mañana tengo que venir a visitar a mi padre -dice e ignora mi pregunta.

-si claro ¿hay algún hotel que quede cerca de aquí? -le pregunto.

-¿hotel? -pregunta -no, vamos a quedarnos en la misma casa en la que se estaba quedando Diana, allí hay suficiente espacio para los tres -dice

-Javier esa muchacha que estaba aquí, ella también va a necesitar un lugar para dormir -le digo para ver que responde.

-¿Raquel?  no, yo me imagino que ella tiene a donde ir, no te preocupes seguramente vendrán por ella -responde.

-sí pero deberíamos asegurarnos -intento sacar algo de información.

-Sam, a Diana no le agrada esa chica y no creo que sea prudente que nos quedemos más tiempo por ella, hace rato le pedí que se retirara y no lo hizo, entonces no es mi culpa ¿comprendes? -ahora me confirmó que no le importa.

-claro, solo estaba sugiriéndolo -le digo seca.

-esque tú aún no comprendes, ya luego lo entenderás pero por ahora vamos que Diana nos debe estar esperando en la salida -me toma de la mano y comienza a caminar.

Fuimos hasta la salida del hospital en la que estaba Diana parada junto a un coche y hablando por teléfono, al vernos se puso un poco nerviosa y colgó rápidamente, aveces me siento extraña por la actitud tan rara de ambos en algunas ocasiones. Al subir al coche Javier es quien toma el control del volante y Diana se acomoda en la parte de atrás del auto, al parecer se queda dormida después de unos minutos en marcha, yo no he mencionado una sola palabra en el trayecto, aunque hace rato no lo demostré aún me siento molesta por la forma en la que Javier me habló.

-Sam, quiero que me disculpes por lo de hoy -dice Javier al notar mi silencio.

-está bien, comprendo lo desesperado que estabas y yo te cuestioné en un momento inadecuado, también tú discúlpame a mí -le digo tratando de dejar atrás el problema.

-no, yo no tengo nada que disculparte, al contrario yo tengo que agradecerte que estés aquí, muchas gracias por tomar la iniciativa de querer acompañarme en un momento tan complicado -dice sin apartar su vista del camino.

-tú hiciste algo más grande que esto cuando yo lo necesitaba y esto puede ser una forma de agradecerlo -le digo

-eres la chica más maravillosa con la que he convivido -toma mi mano y la lleva hacia su boca para darme un suave beso -le hablé de ti a mi padre y quiere conocerte mañana, bueno en unas horas -dice con mi mano aún entre la suya.

-¿estás bromeando? yo encantada de conocerlo, pero ¿qué le dijiste de mí? -no puedo evitar ponerme un poco nerviosa.

-la verdad, que eres una chica preciosa que me está volviendo loco, una ladrona de sentimientos a la que conocí hace unas semanas -al escuchar eso río a carcajadas.

-shhh, cállate vas a despertar a la malhumorada de ahí atrás -dice entre risas también.

-cállate estúpido -dice Diana molesta. Javier solo me ve intentando no soltar una fuerte carcajada y al verlo pego un golpe en su hombro.

-¿ves lo que te digo? -dice sin importarle que ella esté molesta.

después de unos minutos llegamos a la casa en la que nos quedaremos, Diana baja del vehículo molesta y entra a la casa que es un poco pequeña pero con un toque de elegancia incomparable que te deja admirado solo con verla.

-¿se molestó conmigo verdad? no quise despertarla, solo me dio risa lo que dijiste -le digo a Javier.

-no, es que también le hablé mal cuando estábamos en el hospital y está bastante molesta conmigo -responde

-no me lo tomes a mal pero tienes que cambiar ese tipo de cosas, hoy no te comportaste para nada bien y por cierta forma es comprensible, pero tu hermana estaba igual o peor que tú en ese momento y lo que menos hubiera querido es que le hablaras de esa forma.

-lo sé, tengo que disculparme con ella por eso, pero mira mejor ve a descansar que ya es tarde, aquí en este dormitorio estarás muy cómoda ¿quieres que le diga a Diana que te preste algo para dormir? -me pregunta.

-no, no quiero que la molestes es mejor que la dejes descansar yo puedo quedarme con esta ropa -le digo sin dudar.

-espera tengo una idea -camina hacia la otra habitación y cuando regresa trae una camisa y un pantalón en sus manos.

-¿qué haces? -no puedo evitar reírme.

-la última vez que estuve aquí dejé esto y pues no es de tu talla, pero creo que debe sentirse mejor que irse a la cama con la ropa que tienes puesta -me dice y coloca la camisa en mis manos.

-entonces te lo agradezco mucho -le respondo.

-a si y también este pantalón que es de mi pijama pero tú lo vas a necesitar más -también lo coloca entre mis manos.

-no creo que tu pantalón me quede ¿tú tienes con qué dormir? porque te lo puedes quedar tú, para que también duermas  cómodo -le digo sonriente.

-es más cómodo si no utilizo nada -me responde riendo.

-bien, como tú digas, entonces vamos a dormir antes de que Diana se moleste más -le digo en voz baja.

-si es lo mejor, no queremos que nos salga a gritar, descansa muy bien -me dice.

-igual tú, hasta mañana -le sonrío y él se acerca para abrazarme.

-te quiero Sam -le da un beso a mi frente y se marcha a su habitación.

-también te quiero Javier -digo en voz baja, cierro la puerta del dormitorio y me acomodo un rato entre las almohadas, este fue un día demasiado largo y agotador.

Nunca Fui Tan Feliz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora