Capítulo 1. Descubrimiento

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Empujaba el carrito lentamente mirando cada uno de los productos que estaban en los estantes, había demasiadas cosas para escoger, no podía decidirme por nada, era muy indeciso

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Empujaba el carrito lentamente mirando cada uno de los productos que estaban en los estantes, había demasiadas cosas para escoger, no podía decidirme por nada, era muy indeciso.

— ¿Qué llevas? —Jimin, mi mejor amigo llegó a mi lado mirando el carrito del súper completamente vacío—. ¡Jungkook, llevas paseando por el supermercado como cinco minutos! Escoge lo que te provoque —Se queja mientras deposita una botella de vino, galletas y mermelada en el carrito.

—No me puedo decidir —Me quejo —. Es como que todo me provoca pero a la vez nada me convence.

—Hagamos esto, ya yo escogí lo que tiene que con dulce, ahora tú... —Me apunta con el dedo índice —Escoge los paquetes.

Asiento y me devuelvo un poco en el pasillo ya que los empaquetados los había pasado hace un momento. Para no matarme mucho la cabeza y quemar mis neuronas en algo tan superficial agarro un paquete que decía "de todito" que incluía muchas cosas.

—Lo tengo, vamos —. Aviso y comienzo a caminar a la caja.

—Bien, ¿Compraste las películas? —Interroga mientras me ayuda a sacar los productos del carrito.

—Hyung... —Me giro hacia él —Tengo Netflix.

—Cierto.

—Por cierto, ¿Para qué quieres un vino? —Cuestiono dando mi tarjeta para pagar la compra.

—El alcohol nunca está de más—. Explica — ¿Y por qué estás pagando tú?

Se queja y coloca su brazo en mi cintura empujándome levemente, no puedo evitar sobresaltarme un poco y extrañamente me pongo nervioso por la cercanía.

—Jimin hyung...—Susurro y me sorprende no haber tartamudeado—. Estás invadiendo mi espacio personal.

Él suelta una carcajada para luego mirarme divertido.

— ¿De qué estás hablando? ¿Cuál espacio personal? —De golpe se acerca besando mi cuello. Mis piernas parecen perder fuerza y eso no tendría por qué pasar ya que, aparte de que hago mucho ejercicio, normalmente Jimin y yo solemos hacer cosas más atrevidas que esa—. Muévete tarado, tenemos una pijamada que hacer—. Jimin se aleja con una sonrisa divertida.

Se aparta de mi lado tomando las bolsas caminando a la salida y, cuando está lejos, me permito respirar aliviado, ni siquiera estaba consciente de estar reteniendo el aliento. Agradeciendo al chico de la caja, que me mira divertido, salgo del establecimiento caminado detrás de Jimin.

De pronto comienzo a sentirme frustrado conmigo mismo. Recientemente la cercanía de mi mejor amigo me colocaba nervioso. Cosas que siempre hacemos como molestarnos entre nosotros, burlarnos, me hacían perder el control de mí mismo. Ahora que lo pienso, nosotros siempre hemos actuado como un par de novios, por eso nadie suele creernos cuando les decimos que somos solo buenos amigos; aunque nunca llegamos a excedernos con las bromas, al menos no en el ámbito sexual.

No te quiero, Te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora