único.

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—¡Sonríe, bonito bebé!

—¿Qué?

Jeongguk levantó su cabeza, dejando de colocar atención en el plato recién servido, se veía apetitoso y el simple aroma de su almuerzo hacia que el estómago rugiera. Estaba tan embelesado por la comida frente a él que se dispuso a tragar solamente, sin importar que manchara su rostro o que dejara caer algún contenido en la mesa, después lo podría limpiar. Fue vergonzoso, puesto que al momento de fijar su vista en el hermoso chico que estaba frente a él, una luz hizo que sus ojos ardieran tanto como para hacer una mueca, arrugando toda la cara y luego pestañeando varias veces.

—Saliste con cara de abuelito —Jimin ríe mientras solamente miraba la foto y si era posible, le colocaba alguna estampilla que tenía en la aplicación para editar cualquier cosa de su galería—. ¡Mira! Te ves realmente bonito.

Jeongguk seguía pestañeando, tratando de analizar todo y luego vio su alimento para después colocar la atención nuevamente en aquel carismático muchacho. Frunció el ceño, sin poder comprender del todo lo que sucedía, puesto que andar con el estomago vacío durante horas, mientras paseabas por el centro de la ciudad y ya cerca de las siete sin para en ningún momento fue agotador, recién podía darse un lujo de colocar su trasero en alguna silla para después echar algo a su boca, contando todo eso, estaba absolutamente perdido en el tiempo y espacio.

—¿Me acabas de sacar una foto? —arrastra las palabras, como si le hubiesen inyectado anestesia—. ¡¿La subiste a alguna de tus redes?!

Jimin le ignora, sabe que el menor se pone histérico hasta para una sola fotografía, de su mano u ojo, es demasiado tímido como para mostrarse en Internet. 

—Calma, pequeño escandaloso —sostiene su celular con una mano, mientras pasa un poco por sobre la mesa para colocar el pequeñito dedo índice que tenía y golpear la nariz del pelinegro—. Sales bien, siempre sales bien en las fotografías. ¡Ah, eres tan hermoso, Jeonggukie! —le muestra la fotografía, para el nombrado, aquella imagen que presenta el celular de su novio sobre él es simplemente ofensiva hacia la imagen de chico malo y perfecto que solía tener a veces—. Tengo el novio más bonito que hay en este mundo.

Jimin sonreía de una manera tan hermosa que sus ojitos desaparecían, y esa imagen solamente hacia sonrojar al menor, admirando cada gesto que podía hacer el mayor con solo sacarle una foto. Se notaba la felicidad que expulsaba y como al revisar el resto de recuerdos que tomaba gracias a la cámara de su celular, era incluso mucho más adorable. Jimin atesoraba con toda su alma las fotos que sacaba de Jeongguk, las guardaba y prefería borrar cosas de su mejor amigo que de su pareja —seguramente Taehyung más de una vez le haya reclamado, pero al mayor no le importaba—, incluso, tiene un par de vídeos de Jeongguk preparando el desayuno, o bailando, también en esos juegos de mesa cuando tiene que colocarse algo en la boca y hablar, viéndose ridículo, pero ante los ojos de Park, siendo el ser más bello que pisara este mundo.

Jeongguk está enamorado, su corazón se seguía acelerando y aquella sensación de felicidad, la impresión de poder hacer cualquier cosa que se enfocara junto con el chico podría ser posible, ese pensamiento era el único que preservaba, dejando cualquier cosa negativa atrás. Miles de remolinos se instalaban en su sistema al estar cerca de Jimin, solamente el mirarle a los ojos, ver esos pequeñitos ojitos como le adoraban de una forma tan inocente, de aquella manera tan majestuosa, viéndolo como el ser que había creado todo lo bueno de este mundo. La devoción en ambos era notoria, el placer de saborear sus labios también, poder acariciar la piel del otro con la yema de sus dedos para después pasarlo por los cerezos que poseían, aunque estando un poco más hinchados gracias a las mordidas juguetonas que se daban de vez en cuando.

Firgun 攝影: KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora