— Señorita Kadjar, ¿qué le trae por aquí?
Alfonso, uno de los guardias de seguridad de la Torre Kadjar con piel morena y ojos verdes, me observa con sorpresa cuando atravieso la puerta de la habitación de video-vigilancia donde se encuentran los monitores de las cámaras de seguridad que se distribuyen por todo el edificio. Sentado en una silla a su lado se encuentra otro guardia de edad algo más avanzada que porta la misma cara de asombro.
— Hola —saludo de forma apresurada mientras camino hacia ellos —. Necesito ver las grabaciones de las últimas semanas de la puerta principal.
Ellos intercambian miradas.
— Lo siento, señorita, pero no creo que podamos...
— Es una pena... —lo interrumpo recobrando la compostura. Inspiro profundamente y me enderezo adoptando una postura segura frente a ellos —... puesto que es algo que mi padre me ha pedido con urgencia.
Desde mi punto de vista, lo que acabo de decir es una mentira demasiado obvia. Sin embargo, al ver como sus ojos se abren con horror al pensar que estaban a punto de negar una petición del dueño de la Torre, me relajo sabiendo que no voy a tener ningún problema para conseguir acceso a esas grabaciones.
Alfonso me acompaña a uno de los monitores mientras le explico que es lo que estoy buscando exactamente. De repente, su compañero emite un sonido prolongado desde el fondo de su garganta mientras se inclina hacia delante en su silla para poder mirar, con los ojos convertidos en pequeñas rendijas tras sus gafas de pasta negra, lo que está pasando en la pequeña pantalla frente a él.
— ¿Qué ocurre? —le pregunta Alfonso con el ceño fruncido.
— Mmmm... parece que algo está pasando frente a la puerta principal —responde él sin apartar los ojos del monitor —. Por lo que puedo ver, hay un policía que está intentando entrar.
Mi corazón se para durante unos segundos y me apresuro junto al guardia que observa concentrado lo que muestra el video a tiempo real. Las imágenes captan parte del vestíbulo, las pesadas puertas de cristal y la amplia acera que se extiende frente a ellas. También aparecen dos personas. Una de ellas vestida con un uniforme de color gris oscuro y zapatos negros que lo identifican con uno de los muchos guardias de seguridad de la Torre Kadjar y, junto a él, se encuentra un hombre que desprende un aura oscura y distante mientras le muestra su placa policial.
— Kane —murmuro reconociéndolo rápidamente. Los latidos de mi corazón se aceleran mientras veo como el guardia de seguridad lo deja pasar dentro del edificio y lo acompaña hacia el ascensor —. Mierda.
Me olvido de las grabaciones y me apresuro fuera de la habitación de video-vigilancia.
— Señorita Kadjar que pasa con las... —las palabras de Alfonso se pierden cuando la puerta se cierra a mis espaldas.
Cruzo el pasillo a toda velocidad y salgo al vestíbulo que tan solo unos minutos atrás Kane ha atravesado. Mi pecho se mueve de forma rápida tratando de recuperar el aliento mientras me detengo frente al ascensor que en estos momentos está sobrepasando el duodécimo piso.
— Mierda, mierda, mierda... —maldigo mirando con impotencia como, segundo a segundo, la numeración se incrementa acercándose cada vez más al último piso donde el despacho de mi padre se encuentra.
Cuando me ha dicho que vendría a investigar a la Torre Kadjar me he imaginado que lo haría en un par de días, no justamente después de informarme de que mi padre podría estar metido en algo realmente turbio.
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La chica sobre los tejados © #2
FantasyA Red le gusta observar el mundo desde las alturas. Ningún edificio es demasiado alto ni ningún tejado demasiado escarpado. El viento azota su bufanda roja casi como si quisiese robarla, pero ella se mantiene inamovible sobre el borde. Sus ojos sie...