1. Arroja tu corazón frente a ti y corre adelante para atraparlo.

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Chanyeol cree que el destino es una mierda. No solo el suyo, el de cualquiera. Y por cualquiera no solo se refiere a las personas. La palabra cualquiera abarca animales, plantas e incluso objetos. Por ejemplo, el destino del papel que ocupa lugar en un baño sí que es una mierda. Aunque Chanyeol sabe que en esto tiene la razón, no intentará demostrarlo. No otra vez. La última ocasión que tuvo para hablar del asunto acabó con su madre apartando la mirada y su padre abandonando la habitación. Chanyeol aún desea que le hubiesen abandonado literalmente para no tener que cumplir sus órdenes. Si no hubiera visto la triste expresión en los ojos de su madre quizás hubiera podido negar su destino. Oh, no le cabe duda al respecto. Ahora mismo estaría en su habitación perdiendo el tiempo en algún instrumento y no esperando un tren en medio de una noche y una estación vacía. Casi vacía. Cerca de él, a la derecha, hay dos personas de pie con los brazos entrelazados que guardan silencio. Si existe una razón por la que dos personas prefieran estar calladas, Chanyeol la desconoce. Siempre que esté con alguien, él nunca dejará de hablar. Los silencios no le parecen incómodos pero sí aburridos.

Ha pasado mucho tiempo desde que llegó a la estación de trenes y desde que dejó de importarle su futuro. Porque al contrario que los dos de su derecha, él ya sabe lo que le espera. Al menos en este universo, sus decisiones ya las han tomado otros antes de que él tuviera la oportunidad de ponerse nervioso ante este mundo lleno de supuestas posibilidades. Si la teoría de los multi-versos que su hermana intentó explicarle mientras él aporreaba un piano es cierta, Chanyeol se sentiría estafado. La idea de que en otro universo él podría no saber cuál será el siguiente paso de su vida lo pone ansioso. Prefiere no pensarlo y así mantener su mente a salvo.

Incluso dentro de este edificio con paredes de colores aburridos y grandes ventanales oxidados que le recuerdan a un cementerio abandonado, Chanyeol se siente a salvo. Y está orgulloso de sí mismo por permanecer todo este tiempo sentado, mirando los mocasines de cuero sintético que viste porque son los únicos zapatos que podía heredar de su padre. Chanyeol no recuerda ni un solo momento de su vida en el que el hombre no usara este tipo de zapatos. Eso se debe a que pertenece a ese mayoritario grupo de personas que odian los cambios. Dejar que su único hijo se mude a otra ciudad debería formar parte de esos cambios que su padre no tolera. Un sacrificio emocional traducido en un cargo de conciencia que acabó con cualquier plan de huida que Chanyeol pudiera si quiera pensar. De todas formas, abandonar la ciudad en la que ha vivido cada uno de los 25 años de su vida ya puede considerarse un tipo de huida.

——

En momentos como estos, cuando hay demasiado tiempo para pensar, Sehun odia su existencia. Porque la clase de pensamientos que pasan por su cabeza son devastadores, insalubres, formados a partir de restos aún agonizantes de otros pensamientos y lo que es peor; de sentimientos. La manera en la que su pecho se comprime ante el agarre de Jongdae lo enferma y podría ponerse a gritar. Sehun nunca ha llamado la atención por ser precisamente ruidoso, pero cuando Jongdae está cerca parece más fácil poner fin a esa costumbre. Aún así, Sehun se mantendrá callado, vacío, indispuesto y abandonado. Abandonado aunque Jongdae aún siga sentado a su lado, apoyando el peso de su presencia contra él, envolviéndose en el brazo izquierdo de Sehun como si éste le perteneciera.

Tu culo me pertenece, declaró un día Jongdae después de garabatear con tinta permanente su nombre en la parte superior de la nalga izquierda de Sehun. Por alguna razón, el lado izquierdo de Sehun atrae a Jongdae. Y por alguna otra razón, Sehun no consigue elegir ninguna parte de Jongdae. No podría ser ese pelo castaño cuyo flequillo largo cae despuntado sobre su frente dándole un aspecto más joven, ni esos ojos oscuros que te miran como si fueras el ser más maravilloso del planeta aunque no lo seas, ni las pequeñas manos que desaparecen en las camisas talla demasiado grande de Sehun que Jongdae secuestra y definitivamente no elegirá las comisuras rizadas de sus labios que parecen una sonrisa constantemente complacida. No puede elegir. Simplemente no.

Canciones azules para cobardes. [Chanbaek/Sechen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora