Capítulo •| V |•

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La niña corría por la carretera y tomaba grandes bocanadas de aire.

De tanto que corría se tropezó, pero poco le importaba, se volvió a levantar y empezó a correr más, hasta que sus piernas se cansaron y se detuvo.

Empezó a caminar, pero luego se detuvo a pensar brevemente lo que había ocurrido y entonces calló de rodilla, tapando su rostro con sus manos, empezó a llorar.

Detrás de ella venía Violet caminando hacía ella.

-Señorita- violet se detuvo, no la tocó, sólo la Miró -Existe una razón muy importante por la cual le estoy quitando su tiempo con su madre- Violet se preocupó -Por favor, no te molestes con ella.

La niña temblaba.

-Es que... Es que... - su voz era tan pesada y débil.

-Es normal que sufras. Con ése pequeño cuerpo, ya aceptaste la enfermedad de tu madre- se acercó más a ella -Eres una gran chica.

-¡No lo soy!- grito la niña.

Ella se levantó y la Miró.

-¡No lo soy¡ Hice llorar a mi mamá- la niña seguía llorando.

-No, eres muy amable.

-¡Te equivocas!- con lágrimas aún cayendo.

-No.

La niña nego con la cabeza -¡Te equivocas¡- dijo para luego lanzarse a Violet y golpear su abdomen -¡Te equivocas!¡Te equivocas!¡Mi mamá se enfermó porque soy una niña mala!.

-Eso no tiene nada que ver.

La niña se sentía frustrada, dolida, triste. ¿Por qué hizo éso?.

-¡Te equivocas!¡Te equivocas!¡Te equivocas!- decía la niña golpeando a Violet mientras Lloraba.

Necesitaba sacar su enojó y tristeza.

-Eso es algo en lo que nadie tiene algo que ver- dijo violet.

La niña ya se había calmado, ya no la golpeaba.

-¡Te equivocas!.

-Puedo afirmarlo con la misma certeza, con la que puedo decir que mi brazo nunca volverá a ser cubierta por una piel tan suave como la tuya...

Violet acercó su brazo para abrazarla.

-No se puede hacer nada al respecto.

Anny Miró su brazo y empezó a llorar, cerró sus ojos.

-¡Mamá!¡Mamá!- decía mientras era abrazada por Violet -¿Por qué ella escribe esas cartas?- dijo con la voz llorosa.

-Porque quiere entregarle sus sentimientos a cierta persona.

-No es necesario...- dijo más tranquila -... Que los entregue.

Violet sintió tristeza y con una sonrisa le dijo.

-No existe una carta que no deba ser entregada, señorita.

La niña solo atinó en que debía respetar ésa órden o lo que fuera.

Algún día lo descubriría.













Hasta La Última CartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora