-Samantha Gegarth.- Odiaba cuando me llamaban así.
-Samantha.- Pronuncia una vez más el profesor.
-Aquí.- Levanta mi mano Ximena.
-Gracias señorita Hans, pero preferiría que Samantha fuese quien respondiera.
-Lo siento profesor, es que ha estado un poco distraída, hemos tenido algunos trabajos que entregar y mucho en que pensar.- Se disculpa Ximena una vez más por mí.
-De nuevo señorita Hans.
Recibí un golpe por debajo de la mesa de parte de Ximena, cuando despegue la vista de la ventana me di cuenta de que todo el mundo me observaba.
-Claro...- Susurre.- Los siento profesor, la escuela y eso de los trabajos me han tenido un poco distraída.- Dije siguiendo la cuartada de Ximena, gire mi vista lentamente a ella, que esperaba atentamente la respuesta del profesor y después voltee de nuevo hacia él.
-Diría que más que un poco.- Sentencio un señor Rohz un tanto indignado.
-Yo, lo sient...- Fui interrumpida.
-Dylan.- Pronuncio el profesor.
-Presente.- Dijo Dylan algo inseguro volteándome a ver.
-Sophia.- El profesor había continuado la asistencia dejándome con una disculpa a medias y un rostro muy rojo.
Ximena me tomo del hombro y dio un respiro hondo, me hizo una señal con la mano incitándome a imitarla, tome una gran respiración y juntas soltamos todo el aire que contenían nuestros pulmones. El profesor volteo a vernos y bajo un poco sus gafas, hizo una cara de molestia y continuo con lo suyo.
Mi mejor amiga y yo volteamos a vernos, Ximena rio por lo bajo y como niña pequeña reí tras de ella, nadie más siguió viendo tras la regañada que nos dio el profesor, todos continuaron con lo suyo y sin decir nada más el Sr. Rohz se levantó de su asiento y comenzó a escribir en la pizarra.
Estaba tan centrada en resolver el problema de mi cuaderno, tan envuelta en las ecuaciones que el Sr. Rohz había puesto, que cuando tocaron a la puerta del salón pegue tremendo brinco, Ximena rio y se escuchó por todo el salón, voltee a ver angustiadamente a todos lados topándome con la pesada vista del Sr. Rohz sobre mí y la vista de alguien más, de un chico, Nunca antes lo había visto, ¿O sí? No lo creo, recordaría a alguien con la mirada tan intensa como él.
ESTÁS LEYENDO
Agonía
AcakSuspenso, miedo + un romance lujurioso = a la traición y la perversión perfecta