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─ ¡Espera Candice!─ Grite eufórico y cansado. Este jodido estacionamiento es tan grande que por más que avanzaba sentía que nunca iba a llegar a su final.

Joder, esto de tener a una novia es muy complicado.

Las largas piernas de la chica ya unos metros de mí, me dejaron un poco desconcertado y deseoso. Algo que si tenía ella era belleza y eso estaba más que comprobado para mí y para todo el instituto Al-Khair, obviamente ese trasero no iba a ser de una simple chica, sino de una de las más populares y ricas del lugar.

Y por eso estoy aquí, detrás de ella como un idiota, ya estaba hasta la mierda de su actitud pero no podía hacer otra cosa, Candice es... ¿Cómo lo diría? Si, muy fácil y bueno... ¿Qué puedo decir? Los dos llamamos la atención y eso lo disfruto además de uno que otro beneficio dentro del instituto.

Ya saben toda la estupidez...

"Yo soy el chico más deseado y tú también lo eres en el lado femenino, seamos pareja para ser la envidia y la admiración de todos"

Suena jodido pero así es esto y la verdad no es que me moleste mucho, lo tolero hasta cierto punto... aunque ahora con esta mujer ese punto estaba sobrepasándose de a poco.

─ Joder, Candice. Escúchame ─ La tome del brazo para inmovilizarla y que al fin me escuchara. Ya me canse de estar persiguiéndola mientras ella corría como cabra loca.

─ ¡No! ¡Ya estoy harta que mientras estás conmigo estés mirándole las tetas a cada perra que pasa! ─ Dio un movimiento brusco para separarnos pero no fue suficiente, así que aproveche para tomarla de la cintura ágilmente y agarre su cabeza con firmeza.

─ Deja de fingir y hacerte la victima que aquí no hay nadie, Candice ─ Susurre y la bese.

Sin esperar un segundo me siguió el beso, lo sabía, Candice no se resistía y no lo iba a hacer ahora, se jugármelas.

Pasaron unos segundos mientras miraba sus cejas y me preguntaba como tenían la medida exacta para depilarlas, se ven tan simétricas, yo no puedo ni hacer una raya completamente recta sin que mi estúpida mano se mueva y parezca una rama deforme. En fin, hay que concentrarse.

Ok, ya me estaba empezando a ahogar, así que decidí separarnos porque al parecer esta mujer no quería respirar y la verdad para mí el oxígeno si era importante.

─ Ese jeans me pone, Candice ─ gruñí y le di una nalgada. Ella dio una leve carcajada.

Si, parece muy raro esto pero así éramos Candice y yo. Creo que la falta de "amor" hace que nuestras discusiones fueran casi inútiles.

─ Vamos a mi casa ─ ronroneo en un intento sexy.

Joder, ya me faltaba una de las buenas.

...

Desperté el día siguiente por la grandes ganas de orinar, joder esto de ser hombre no es tan fácil.

Me removí poco a poco tratando de quitar todo el peso de Candice sobre mí. ¿Esta acaso creía que yo era un colchón o qué?

Llegue al baño hice mis necesidades y volví a la habitación e intente buscar mi ropa, la encontré y me la puse. Candice seguía profundamente dormida así que no me moleste en despertarla además igual no importa si llegaba tarde a clases.

El padre de Candice tiene una reputación muy buena en el colegio por ser el mejor amigo del Señor director así que las faltas o las llegadas tardías no perjudicaban en nada sus notas.

Baje las escaleras y tratando de no encontrarme con ninguna señora de la limpieza o peor aún, sus estresantes padres.

Salí sin ningún problema cerrando las puertas detrás de mí y me dispuse a caminar ya que ayer había venido en el auto de Candice.

¡Adiós, reputación!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora