Todo tiene un comienzo

Capitulo 1. Primer dia

Me despierta el sonido de la alarma haciéndome saber que ya es hora de levantarme para comenzar a prepararme para mi primer día. Me levanto perezosamente de la cama, apago la alarma y me voy hacia la ducha. Después de media hora de un relajante baño, salgo y me dirijo hacia mi armario a coger mi nuevo uniforme. Mientras me lo voy poniendo me fijo mas en cómo es: una camisa blanca, una falda a cuadros que me llega hasta las rodillas, lo cual decido subirlo como las otras chicas hacen, y una pajarita del mismo estampado que la falda. 

Comienzo a peinarme el pelo mientras voy analizando las cosas en mi mente: último año de secundaria, una chica de 4to, en un nuevo instituto, de alguna forma es como si fuese una nueva vida. Puede que conozca a alguien agradable. Enamorarme. Maquillarme más seguido...

–¡Listo! –Dije emocionada mientras me miraba al espejo–. Si, ¡tan guapa! La falda es tan corta... Es... es... ¡UN ESTILO QUE NO PEGA NADA CONMIGO! –Grite exasperada desordenándome el cabello–. Demasiado para mí... Entrar a un nuevo instituto como una chica bonita será algo que definitivamente no pasara –Como siempre, pienso mientras me hago mis dos típicas trenzas a cada lado de mi cabeza–. Al parecer solo me siento bien con este estilo –suspiro sonriendo mientras me voy bajando la falda hasta las rodillas.

Desde que me comenzó a crecer el cabello siempre me lo he ordenado en trenzas. Si, no soy la típica chica que le gusta maquillarse y verse guapa delante de los chicos. Siempre he detestado verme de esa manera, no... Me queda bien. No es que me odie, no soy tan fea, tengo mi cabello castaño oscuro, piel pálida, ojos grandes y azules, delgada y de una estatura normal, pero es algo que ni yo sé aun como explicarme, simplemente veo que la ropa así no me queda bien, no me siento cómoda.

De repente escucho como abren rápidamente la puerta dejando ver a mi hermana con su pelo hecho un desastre. Seguramente ha venido para que se lo arregle. 

No cabe decir que mi hermana es totalmente diferente a mí. A ella le queda todo bien, es guapa, con el pelo castaño claro y los ojos grandes de color pardo, delgada y un poco más baja que yo. Ah! Y es un año menor que yo.

–¡Hermana, sálvame! –gritaba mientras se iba acercando a mí a paso rápido. 

–¡Emma! Toca antes de entrar. Cuantas veces debo decírtelo... 

–¡Lo siento, lo siento! Reflexionare sobre mis acciones luego. Ahora, ¡por favor, ayúdame con mi pelo! –dijo poniéndose casi a llorar. A veces era MUY melodramática con estas cosas.

–Aunque dices eso parece que nunca aprendes... 

–¡Rápido! –decía desesperada mientras se sentaba delante del tocador.

Cogí mi peine y comencé a desenredar los nudos de su pelo. La verdad es que ya era una costumbre arreglarle el cabello cada mañana antes de irse a su instituto, aunque para mí no es problema hacerlo, me encanta peinar su cabello.

–Erm… Hermana... –note el nerviosismo en su voz–. ¿Iras así al insti?

–¿Que quieres decir con eso? –levante una ceja sabiendo lo que se me venía.

–Las trenzas más la falda hasta las rodillas... Tal y como las chicas hace siglos atrás –dijo escaneándome de arriba abajo ocasionando que me ponga aun mas de mal genio–. ¡Así nunca encontraras un novio!

–¡Yo me niego a tener un novio al que solo le importe las apariencias! –dije exasperada. Es que esta chica me ponía los nervios...

–¡Solo los que no son populares dicen eso! –ya esta, ¡ya me había sacado de mis casillas!

–¡Mira Emma, si sigues hablando, te iras asi a tu instituto!

–Lo siento, hermanita –dijo volviendo su mirada al espejo cerrando la boca. Si supieras que intente cambiar mi cabello, pero al final no me quedo bien... Saque una goma del cajón y se lo puse haciendo que quedara bien recogido por detrás y que por delante hubieran algunos mechones sueltos.