Capítulo 8 "Herejes"

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Hace ocho meses que no veía la luz del sol; pese al estar dentro de un calabozo subterráneo su actitud positiva nunca fue quebrantada, de hecho tuvo el efecto contrario, su espíritu de lucha y liderazgo contagio a todo los que se encontraran a su alrededor, en menos de 3 semanas se convirtió en el líder indiscutible de su hogar temporal, su fe e ideales de un mundo prospero donde todos vivieran sin miedo y bajo la protección de mentes brillantes e indiscutibles convirtieron desde ladrones y asesinos en leales fanáticos sirvientes de su lucha, sin embargo su estadía terminaba ese día.


A pesar que no podía ver la luz solar de la mañana se levantó en la madrugada gracias a un reloj de contrabando (obsequio de uno de sus fieles seguidores), lentamente se sentó en su cama para después ponerse de pie de forma perezosa, dio un enorme bostezo para caminar en aquel pequeño cuarto, lentamente fue al escusado improvisado y cambio su pijama temporal la cual consistía en unos boxes masculinos y una camiseta vieja la cual cubría sus pequeños pechos, tomo agua de lavabo para lavar su cara con el agua helada que salía de la llave, a pesar de la baja temperatura del líquido no respondió al cambio brusco de temperatura, debía aprovechar al máximo aquel lujo que fluía entre su piel , no cualquiera tenía acceso a agua pero su situación era una excepción, con cuidado lavo su cabello el cual había crecido un poco, después tomo una pequeña y vieja toalla limpia para humedecerla y lentamente la paso por todo su cuerpo por cara, brazos, axilas, pechos, trasero, genitales, piernas, una y otra vez pasaba aquella prenda humedecida, luego hiso espuma con un pequeño jabón perfumado de flores que guardaba para el gran día con el cual tallando su delicado cuerpo y de nuevo retirando la espuma sucia con aquella toalla, enjuagando la prenda, retirando la suciedad, repitiendo una y otra vez hasta que decidió que su cuerpo estaba lo suficientemente limpio.


Un hombre armado toca la entrada de aquel cuarto, lo cual hace que responda con una afirmación de que, entre aquel sujeto a la habitación, ella lo ve de manera tranquila mientras que el guardia la ve impresionado al ver su desnudes a lo cual no parece desagradarle, sin embargo, de manera respetuosa el guardia entrega una enorme bolsa de un traje y una bandeja con una tetera, café, agua caliente y una taza de latón.


"Para usted señora, el personal se esmeró en mantenerlo impecable todo el tiempo que estuvo aquí"


Ella solo asiente con una dulce sonrisa mientras que con un ademan de alta educación indica que coloque aquella bolsa en su camastro, el guardia obedece sin dudar y con sumo cuidado coloca aquel protector en la vieja colchoneta, después voltea a ver a la figura la cual se coloca una muda limpia de ropa interior.


"Si me permite decirlo señora, usted..." el guardia pausa para después decir más enérgicamente y orgulloso "...Usted es un ejemplo a seguir, pese a ser quien es usted no decidió tener un trato especial y por voluntad propia decidió vivir entre la escoria de este lugar, sus discursos, su elocuencia en las palabras, yo...por favor permítame ofrecerle mi lealtad absoluta a usted señora, no dude en pedirme unirme en su lucha, la seguiré donde quiera que vaya"


-Gracias- contesta ella con un tono amable y una sonrisa delicada


El guardia hace un saludo militar para después salir y cerrar la puerta de nuevo, ella abre aquella bolsa para ver su traje totalmente impecable y limpio, cualquiera diría que no ha pasado ni in solo día guardado, lentamente lo toma para empezar a vestirse y cuando termina se da cuenta de que ha crecido unos cuantos centímetros de altura y mira con un cierto orgullo al ver que sus pechos crecieron unos 2 centímetros más; con total calma se sienta en la cama de su cuarto a tomar un poco de café minutos después una llamada por el alta vos comunal la cita a la sala del director general de aquel lugar, ella con toda calma sale para caminar con un orgullo total frente a la mirada de todos en las celdas.

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