Aunque tú no lo sepas

Prólogo

"¿Tú no sabes qué cuando un indeciso toma un camino es para siempre?".

Amaia Romero acababa de entrar en la treintena. Odiaba aquella cifra, porque sentía que dejaba atrás una parte muy preciada de su juventud, como si aquello fuese a ser el fin del mundo. Se había convertido en un referente del panorama musical, lo cual no estaba nada mal, pensaba siempre que se lo preguntaban en aquellas tediosas entrevistas, las mismas preguntas una y otra vez.

Pero lo personal era un fiel contraste con su vida profesional. Se había casado joven, antes de los veintitrés. No había sido algo planeado, simplemente surgió. Pero ahora quedaba poco de aquel amor de los primeros años. Ahora su matrimonio se descomponía por momentos y aunque tratara con todas sus fuerzas de unir pedazos de él, sabía que había fracasado.

Alfred García estaba a punto de entrar en la veintena. Recién separado de su novia de adolescencia, a la que trató de agarrarse de todas las maneras habidas y por haber, como si no romper aquella relación iba a ser estar en la adolescencia de manera eterna. Sin ataduras, y con el tiempo empezó a agradecerlo. Porque podía dedicarse en cuerpo y alma a lo que él era, la música, por eso cuando llegó la oportunidad de tocar con Amaia Romero en su gira, no pudo decir que no.