Otra vez llega a mí
El jinete de la miseria humana,
Me tiende la mano,
Extiendo la mía,
La mira y se asombra,
Retira la suya con brusco movimiento.
Silencio, solo silencio,
Me observa como a un gran señor.
Baja de su montura y me acerca las riendas,
Las tomo sin mas.
¿Qué pasa?
Mi mano se aferra,
Soy preso, me miro,
Soy la nueva miseria.