Capítulo Único

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NARRA RAOUL

Cuando me despierto, empiezo a acostumbrarme poco a poco a la luz que entra por la ventana.

Mis ojos recorren la habitación del hotel, bueno, una parte, porque estoy de lado, igual que me dormí.

La diferencia es que me dormí con dos brazos rodeando mi cuerpo, y ahora sólo noto las sábanas.
Ruedo hacia el centro de la cama hasta quedar apoyado en el otro costado, y ahí, por fin, le veo.

Está dormido, y es la cosa más adorable del universo.

Su pelo rizado está desordenado y los mechones más largos caen sobre su frente. Se lo aparto un poco para verle mejor la cara. Pero no quito la mano. Me encanta su pelo por las mañanas, y me encanta acariciarlo.

No me deja que le vea bien la cara, porque al notar el contacto producido por mi mano, se acomoda en mi pecho, y juraría que estaba a punto de explotar de felicidad.

Sonrío inconscientemente.

Me encanta que, incluso dormido, busque todo el contacto posible entre nosotros dos, que busque mi calor.

Podría pasarme horas así, mirándole dormir. Por mucho que me gustase cuando ponía su otra faceta, me gustaba mucho más así, el Agoney adorable, me daban ganas de comérmelo a besos, era tan mono...

Por eso mismo, no quería que se despertase, además, tenía que descansar, no solo su vida no era nada fácil en este momento, además de eso, el concierto de anoche le había dejado agotado.

Y no era para menos. Dios, que habíamos actuado en el Bernabéu. Se me puso la piel de gallina al acordarme de toda la gente ahí gritando, dándolo todo. Al principio, cuando vi el sitio, las gradas, y lo enorme que era todo, me dió un poco de miedo. Cantar en el Bernabéu no es algo que pase todos los días, ni a todo el mundo...
Y aún así, lo había hecho, lo habíamos hecho. Había contado con el apoyo de todo el equipo y mis compañeros, así como ellos contaban con mi apoyo, pero sobretodo uno...

Y aunque me había encantado, a mí y a todos, estábamos agotados. Así que rezaba para que no pasase lo mismo que la mañana anterior.

En realidad, no había sido para tanto, pero bueno, estábamos en una situación parecida a la de ahora, sólo que él estaba despierto y yo durmiendo, cuando entró Mimi.

En ese momento me desperté. La verdad, no es que estuviésemos haciendo nada, de hecho, yo había estado durmiendo hasta que ella entró, pero no me gustaba que interrumpirsen esos momentos, esos pequeños momentos, que aunque pareciesen insignificantes, eran los más bonitos.

Bueno, Mimi entró, no quería ni preguntar cómo había conseguido una llave de nuestra habitación, aunque suponía que Ricky y ella se las habrían apañado para convencer a alguien de que les diese una. Cuando se trataba de esos dos, mejor no preguntar.

Entró súper emocionada para contarnos con todos los detalles posibles su vida amorosa, vaya, no se cortaba ni un pelo, si seguía así no iba a poder mirar a Ana a la cara sin reírme.

Después de un rato nos hizo levantarnos de la cama y nos dijo que bajasemos a desayunar con el resto, y nos esperó en la puerta hasta que estuvimos preparados para bajar.

Vamos, que estuvimos Agoney y yo de acá para allá por dentro de la habitación cogiendo ropa, cambiándonos, peinándonos, etc etc. Y hay que añadir que no se cortó ni lo más mínimo, miró descaradamente mientras nos vestíamos, aunque en realidad, tampoco me importó.

En fin, que esperaba sinceramente que eso no se repitiera, porque lo único que quería en este momento era pasar el rato con mi novio.

Novio, qué bien suena.

Morning ~ragoney~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora