Miro dos veces más el mensaje.
-¿Todo bien?- me pregunta mi amiga.
-¿Qué?- pregunto, levantando la vista, como atontada- Sí, sí, temas del trabajo. Voy a dormir un rato más.
Cojo mis cosas y me arrastro hacia la cama. No puedo evitar mirar una vez más el mensaje. Es... raro. Por dos motivos. Uno, que sea de Brendon, me había acostumbrado de alguna manera a su ausencia. Y dos, por no ser un mensaje malo, después de habernos discutido cada vez que hemos tenido contacto. Al contrario, es un mensaje demasiado bueno.
Me desnudo y me estiro, tal y como Brendon dormía muchas noches. Cierro los ojos mirando hacia el que era su sitio cuando compartíamos cama. Parece que todavía noto el cosquilleo agradable, la piel de gallina cuando pasaba su brazo tatuado por mi espalda y me susurraba un "preciosa" a mi oreja, dicho con ternura y sensualidad combinadas.
Me estremezco y abro otra vez los ojos. Ver el espacio vacío me hace cerrarlos de golpe otra vez.
Me despierto cuando oigo unos truenos demasiado cercanos. La lluvia pega fuerte contra mi ventana y el viento abre mi ventana y mi puerta de golpe. Salgo rápidamente de la cama y cierro las dos y Evie decide que tiene frío y se viene a acurrucar a la cama conmigo, en caso de que decida volver a meterme.
Me pongo una camiseta ancha y unas braguitas, tengo la piel de gallina del frío. Me recojo el pelo en un moño completamente desorganizado y suspiro. Miro el móvil, son las tres de la tarde. Un rayo pasa por el cielo y otro por mi cabeza.
¿Qué le contesto? No quiero volver a tocar el cielo para caerme de golpe. Decido no contestar nada, es lo que más me conviene ahora mismo. Si coincidimos alguna otra vez, intentaré ser lo más cordial posible, no nos beneficia a ninguno de los dos ir discutiendo en público por algo que ya está más que claro y que no tiene arreglo.
Abro la puerta de mi habitación para salir pero tengo algo de frío en las piernas, será mejor que me ponga unos pantalones de pijama largos.
Me hago algo de comer por inercia, notando como atontada cómo Evie se restriega en mis piernas para que le dé algo de lo que estoy cocinando.
He pasado de lamentarme y odiarle a reconocer que estábamos bien juntos. Sabiendo la verdad. La que todo lo cura o la que todo lo empeora.
Como por inercia delante del portátil mirando vídeos de YouTube, pero no puedo sacarme a Brendon de la cabeza.
La semana pasa como un bufido, más rutinaria que nunca. Levantarse, vacío, trabajar, sonreír, vacío.
Miro otra vez el vacío de la cama el sábado por la mañana. No ha parado de llover en toda la semana y hoy no es una excepción. Maldito Londres. Esta semana por fin he recibido los papeles para hacer el empadronamiento en la ciudad y no puedo estar más contenta. Y para no pensar, me he planificado el sábado.
Mañana de rellenar formularios legales online y tarde de series, palomitas y mimos de Evie. Durante la semana he recibido algún que otro mensaje de Thomas, mensajes que quiero pensar que no iban con segundas, que he esquivado de manera elegante, aunque no me importaría irme a tomar algo con él, guardando las distancias.
Me peino y salgo a prepararme un café. Estoy sola en casa, Holly tenía un videoclip muy temprano. Pongo música aleatoria en la tele, he aprendido a enseñar al aparato que no ponga Panic At the Disco, así la herida tarda menos en cicatrizar.
La mañana se pasa volando, hago algo rápido para comer y suena el timbre. Resoplo, no tengo la música tan alta si es algún vecino que se queja del ruido. Apago el aparato y voy a abrir.
ESTÁS LEYENDO
Victorious (Brendon Urie y tú)
FanfictionT/N trabaja en un late show en Londres. Al llegar al trabajo, un día se encuentra que le toca estar codo a codo con el cantante de Panic At the DIsco, Brendon Urie. T/N no quiere sentir nada por un famoso, pero no será tan fácil como piensa. No se a...