Capítulo 23 Aliss me tiene como peón de juego en sus manos

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¡No, no, no, no!

Aliss nos miraba desepcionada y asqueada. Sabía que esto pasaría tarde o temprano; no hice nada para evitarlo.

Ella da la vuelta y camina a paso decidido a la salida del instituto. Empujo a Dilan y corro detrás de ella sin importarme su reacción.

-¡Aliss espera!-Ella apresura su paso y yo la imito.

Me debe ver como una completa zorra, no quiero perder a una amiga.

-¡Aliss!-Se voltea y yo paro de correr. Me mira enojo y desepción.

-¡Como pudiste Katie! ¡Nunca pensé eso de tí! ¡Estando con Mateo y revolcandote con Dilan a la vez! ¡Eres una zorra! ¡No se como Mateo se fijó en tí! Claro, con la máscarita de niña santa-sus palabras punzaron mi pecho-.¿Sabes qué? Aléjate de mí y de Mateo. ¡No vuelvas a aparecer en nuestras vida!.

-Aliss, no es lo que tu cre...

-No me vengas con excusas, confié en tí-me corta, da la vuelta y desaparece de mi vista.

Las lágrimas comienzan a salir de mis lagrimales como una lluvia sin fin. Tal vez tenga razón; soy una zorra. Ahora probablemente Mateo se vaya a enterar de todo, de que me he besado con Dilan varias veces.

Mi corazón se estruja y me siento en el pavimento a sollozar. Una mano se pociciona en mi hombro y me sobresalto; Dilan se encuentra mirándome.

-Katie yo...

-No Dilan, sabía que era un error. Te seguí el beso y mira lo que pasó. Mejor no me hables, no me busques y no me mires-corté.

Me encaminé a la parada del autobuses y entré en él. Me senté en los asientos de al frente a mirar por la ventana mientras unas lágrimas traicioneras salían de mis ojos. Sabía que pasaría, pero no puedo evitar llorar, tal vez se vallan dos de las pocas personas importantes en mi vida. Por mis errores, por mis malas desiciones y por mis actos.

Me bajo del autobus y me atentro a mi casa. El olor de lasaña llega a mis fosas nasales. En otro momento hubiera saltado de felicidad por la lasaña de mi abuela, pero ahora solo puedo llorar y maldecirme por lo zorra que fui.

Mi abuela sale de la cocina y me observa. Mis lágrimas comienzan a salir y me abalanzo a sus brazos. Ella me recibe y comienza a trazar circulos en mi espalda de consuelo.

-Soy una zorra abuela. Una zorra.

-No digas eso, no lo eres. Debe haber una explicación. Ven, cuentame.

Me guía a mi cuarto y nos sentamos en la cama. Ella con paciencia espera a que yo hable, suelto un suspiro y agacho mi cabeza.

Le cuento todo lo que a pasado. Desde que Dilan me empezó a molestar, cuando me empezó a gustar, la aparición de Mateo en mi vida, mi primer beso con Mateo en la cita, cuando me empezó a gustar Mateo igualmente, la segunda cita, cuando conocí a Aliss, los encuentros con Dilan, lo que pasó hoy y mis sentimientos.

Ella empieza a asimilar la información que le había dicho. Toma mi rostro con sus manos haciendo que la mire, brindandome una sonrisa comprensiva.

-Me gustan abuela, los dos. No sé que hacer- sollozé.

-Te entiendo-sonrió con nostalgia.

-¿Me entiendes?

-A los 18 me enamoré de dos chicos. Nunca pensé que era posible, pero sí. Uno era rebelde, idiota, irresponsable y desordenado. El otro era organizado, tímido, estudioso y detallista. Sabía que tenía que escoger tarde o temprano-me miró y sonrió-.Nunca me arrepentiré de mi decición; nos amabamos Katie.

¡¿ENAMORADA DE MI BULLY?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora